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La ex tesorera de los Estados Unidos, convocó a las mujeres a hacer siempre lo correcto, sobre todo cuando nadie te ve, y “si tienes miedo, hazlo, con miedo, pero hazlo”

Rosario Marín, los retos del poder de Estado y ser madre de familia

“No importa dónde empiezas, lo que importa es donde terminas” o “Siempre haz lo correcto, sobre todo cuando nadie te mira”, o " si tienes miedo hazlo con miedo, pero hazlo", son algunos de los consejos de Rosario Marín, la primera mexicano-estadunidense, en llegar a las más altas esferas del poder en Estados Unidos: fue tesorera de aquél país, en el gobierno del presidente George W. Bush.

Al ofrecer la conferencia ”Las verdades y costos de ser una mujer líder", durante su participación en el Encuentro Internacional del Women Economic Forum (WEF) Global 2025, Rosario Marín advirtió que sus constantes ascenso laborales, solo fueron fruto de su capacidad y entrega al trabajo.

Ante mujeres empresarias y emprendedoras reunidas en importante hotel de la Ciudad de México, Rosario Marín, compartió parte de su vida y los retos que el trabajo le puso por delante, su habilidad para salir siempre victoriosa, solo en un aspecto de su vida, cuando con gritos le reclamó como a Dios que no se llevara a su amado hijo mayor, ante un pronóstico de vida adverso.

Sin poderlo evitar a Rosario Marín, se le escapan dos lágrimas , mientras las asistentes, muchas de ellas, madres, saben y entienden de lo que habla la ex funcionaria estadunidense.

Toda mi vida se empezó a desmoronar, porque nació con muchos otros problemas médicos, y en los primeros cinco años de vida enfrentó la muerte seis veces, pero los gritos de esta incansable mujer fueron escuchados, hoy su hijo cumplió 40 años.

No importa dónde empieces yo empecé bien abajo, confesó, pero aprendió mucho y dedico mucho tiempo a su trabajo, siempre de la mano de su esposo, sostuvo, a quien sigue amando después de varias décadas juntos y tres hijos.

En este sentido enfatizó la importancia de la unión con su esposo, lo que permitió siempre ver por el bien de la familia, y contar con un apoyo incondicional, sin permitir que los dineros se interpusiera entre los dos, porque dijo, siempre ganó más que su esposo.

Pese a esas noches oscuras, resaltó, la vida la fue llevando, y cambió las leyes para personas con discapacidad, convertirse en alcaldesa, recibir un premio de las Naciones Unidas, hasta que su firma estuviera en los billetes estadunidenses.

Los costos de todo ellos, aseveró, son bien altos, aunque casi nadie habla de ello

“es bien alto... El costo familiar, económico que ha implicado para mí llegar, ha sido increíblemente alto”, pero la comunicación con su esposo, les permitió establecer que el éxito en la vida no compensaría el fracaso en el hogar, y que íbamos a trabajar arduamente para que independientemente de lo que sucediera con nuestras vidas profesionales íbamos a mantener la estructura de la familia".

Ello le permitió pensar a cada paso que dio en su carrera, siempre en hacer lo correcto, sobre todo cuando aparentemente nadie te mira, porque, si tú haces lo correcto todo el tiempo, vas a poder ver de frente a la gente que tú amas".

Otro principio que ha regido su vida, añadió, haz lo correcto todo el tiempo, y saber poner en su lugar a quien se quiera pasar de la raya, poniendo un alto de inmediato, diplomáticamente, “tienes que parar, porque si lo haces en la primera vez, va a haber una segunda o una tercera”.

Da lo mejor de ti en todo lo que hagas entrégate, y refirió que a ella los ascensos siempre le llegaron, incluso,. comentó, cuando el FBI, después de investigar toda su vida, le informó que estaba propuesta para ser tesorera de los Estados Unidos.

“Les cuento mi historia para que vean que el trabajo de una habla por sí solo, cuando tú eres buena te buscan... Entonces , permite que te busquen y cuando lo hagan diles sí y agarra la oportunidad, porque, si no lo haces, alguien más lo va a hacer”.

Cuando venga una oportunidad y la dejamos ir, porque no nos sentimos capaces, por creer que no podemos, o por miedo, hazlo con miedo, pero hazlo, porque las oportunidades se van y no vuelven.

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