
El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno recordó que la Revolución Mexicana nació del cansancio, de la injusticia y del hartazgo frente a un régimen que dejó de escuchar al pueblo.
“El hartazgo volvió y tiene nombre: Morena. Un partido de impresentables narcopolíticos, que llegó al poder por la vía democrática, pero ahora se empeña en desmantelarla, en reprimir a la juventud y en entregar el país al crimen organizado”, acusó
Al conmemorar los 115 años de la Revolución Mexicana, el dirigente tricolor afirmó que los jóvenes son la chispa del cambio, porque están demostrando que no se necesita permiso para defender la democracia y al pueblo de México, y que “no se necesitan cargos para defender la libertad”.
Afirmó que hoy México no lucha contra un gobierno que solamente es ineficiente y corrupto. “México lucha contra un gobierno que amenaza la paz, la vida y la libertad de las y los mexicanos”.
Moreno aseveró que a los s priistas los podrán acusar de todo, pero jamás podrán decir que tienen miedo, o que no saben gobernar y menos que pactan con el crimen organizado.
“Jamás podrán decir que pactamos con el crimen organizado como lo ha hecho Morena y su pandilla de narcopolíticos. Nosotros no pactamos con los criminales. ¡Nosotros combatimos a los criminales!”, afirmó
El líder tricolor sostuvo que México no enfrenta un mal sexenio sino un proyecto diseñado para destruir a la democracia, quitarle las libertades a los mexicanos, pues quieran construir aquí una dictadura.
Moreno señaló que hoy estamos viviendo una verdadera revolución de las ideas, impulsada por una generación “que ya no se traga las mentiras, que ya no se arrodilla ante el poder y que ya no se deja intimidar por el gobierno más represor y corrupto que ha tenido nuestro país en décadas”.
Por otra parte, destacó que el mensaje de la Revolución Mexicana sigue vigente, al señalar que la justicia se conquista, y los derechos y las libertades se defienden.
Indicó que la Revolución Mexicana nació del cansancio, de la injusticia y del hartazgo frente a un régimen que dejó de escuchar al pueblo.