
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se trasladaron a una región del Polo Sur con la finalidad de desarrollar estudios geológicos por el derretimiento del hielo en la Antártida y que genera consecuencias graves en la elevación del nivel del mar en ciudades costeras como Cancún, Veracruz y Mazatlán.
Para eso, generarán investigaciones sedimentológicas, exploración de la vida microbiana, de cambio ecosistémico y climático.
Rafael López Martínez y Daisy Valera Fernández del Instituto de Geología y Elsa Arellano Torres y Laura Almaraz Ruiz de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra encabezaron la Primera Campaña Científica Antártica Mexicana (CAMEX 1), con la que México inicia el desarrollo de las ciencias polares.
Aunque esta zona es la parte más austral del planeta y está cubierta de hielo en 98 por ciento, es una de las regiones con mayor tasa de calentamiento en el orbe.
Los científicos explicaron que el derretimiento del hielo en la Antártida afecta la circulación del Atlántico (AMOC, acrónimo en inglés de Atlantic Meridional Overturning Circulation), clave para el clima en el hemisferio norte.

Lo que sucede en ese sitio, advirtieron, tiene efectos en México, pues la elevación del nivel del mar amenaza Cancún, Veracruz y Mazatlán.
El krill antártico (un pequeño crustáceo similar al camarón que vive en el Océano Austral) sostiene poblaciones de ballenas y peces que migran incluso hacia el norte del Pacífico y Atlántico, mientras que los cambios en la temperatura marina alteran la pesca de sardina, atún y camarón, vital para economías locales.
Patricia Valdespino Castillo, profesora de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT), detalló que esta primera Campaña es posible gracias a un acuerdo realizado en agosto pasado en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), entre la Agencia Mexicana de Estudios Antárticos y el Centro Nacional Antártico de Ucrania.
Valdespino Castillo encabezará la segunda expedición universitaria que se llevará a cabo en febrero de 2026.
Estos proyectos serán desarrollados en la Estación Antártica Akademik Vernadsky de Ucrania y a bordo del buque rompehielos Noosfera.
“El sistema climático antártico va a afectar a todos los ecosistemas del planeta; nos tenemos que comprometer a pensar y a actuar para estudiar este sistema indispensable para el cambio global”, señaló Valdespino.
Al tomar la palabra, Rafael López Martínez, investigador del Instituto de Geología, dijo que su deseo es estudiar la manera en la que se conectan los antiguos océanos a través de aquella zona helada, cómo era la dinámica del océano y la planetaria durante los periodos geológicos del Jurásico y el Cretácico.
En tanto que, Elsa Arellano Torres, profesora de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra, destacó la oferta de Ucrania para realizar la expedición y cristalizar este proyecto, mediante el cual, a bordo del buque rompehielos Noosfera, sacarán sedimento del fondo del océano para reconstruir miles de años, a fin de detectar eventos u oscilaciones que repiten a lo largo del tiempo e identificar la dinámica natural del clima que se pueda registrar en el lodo.
Otro objetivo es conocer la señal de la transición del momento antropocéntrico y que altera aceleradamente al planeta.
Daisy Valera Fernández, investigadora del Instituto de Geología, manifestó que otros científicos realizarán, a partir de esta expedición, estudios de suelos, paleosuelos y mineralogía.
En su oportunidad, el embajador de Ucrania en México, Serhii Pohorieltsev, externó su beneplácito por el desarrollo de relaciones diplomáticas, económico-comerciales y científicas con México.
El equipo liderado por Rafael López Martínez, del Instituto de Geografía, se enfoca en el proyecto “Sedimentology and Biostratigraphy of the Wilhelm Archipelago”, que busca correlaciones paleobiogeográficas durante los periodos Jurásico y Cretácico.
En tanto, el grupo encabezado por Elsa Arellano Torres, de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra, desarrollará el proyecto “Climatic Implications in Modern and Past Marine Sedimentation along the Antarctic Peninsula Continental Shelf”.