
Aunado a la inversión que Aguakan realizó para detener la problemática de escasez de agua en Playa del Carmen, los habitantes beneficiados tienen la ventaja de recibir líquido tratado en las tres plantas de ósmosis inversa que el corporativo destinó para su saneamiento. Dicha infraestructura transforma al agua en un recurso de calidad superior, a comparación de otras compañías que poseen instalaciones obsoletas y que emiten gases contaminantes.
Las plantas de ósmosis inversa no son comunes en México, ya que en países emergentes, los gobernantes no tienen la posibilidad de destinar altas cantidades monetarias para que el tratamiento del agua sea un proceso sustentable y que no dañe el medio ambiente.
Sin embargo, después de que Aguakan invirtió 150 millones de pesos en tres plantas para el saneamiento del líquido en beneficio de los pobladores, Quintana Roo se colocó como el Estado líder en el proceso de potabilización, ubicándose a la par de Repúblicas de primer mundo como Dubái, metrópoli en los Emiratos Árabes Unidos.
Las naciones que poseen ese tipo de plantas de saneamiento, como es el caso de la ciudad de Dubái, gozan de la capacidad de monitorear y producir el líquido más rápido y lograr que los componentes perjudiciales que repercuten negativamente en la salud sean eliminados y conseguir que cuando un ciudadano abra el grifo no esté expuesto a infecciones en la piel o en sus órganos.
En México existen cinco plantas de ósmosis inversa, tres de ellas establecidas en Quintana Roo, dos más en Baja California y en Los Cabos. En comparación con otras demarcaciones, en las que los organismos públicos son los que se encargan de retirar las impurezas del agua, los quintanarooenses pueden confiar en que el recurso que utilizan para bañarse, cocinar y lavar no contiene carga eléctrica, sales o bacterias; asimismo, los pobladores perciben cantidades récord en cuanto a presión del suministro, acumulando 85 litros por segundo.
En entrevista para La Crónica, el ingeniero Jorge Montoya, gerente general de Aguakan, aseguró que es conveniente que la inversión privada ocupe un lugar importante para el desarrollo de las naciones, pues los países en vías de desarrollo están rezagados en las acciones por crear procesos de transformación de los bienes naturales que no dañen el medio ambiente.
"El costo de producción es caro, en las tres plantas gastamos 150 millones de pesos, pero lo fundamental es el servicio que damos, es decir, agua de calidad. Cuando te bañas y te entra agua a la boca tienes la certeza que no te va a hacer daño", afirmó.
"En las zonas costeras estas plantas no han despegado por el costo de inversión, los organismos públicos no tienen esa suma para invertir. En el caso de Baja California, ellos trabajaron con un crédito del Banco de Desarrollo de Norteamérica y capital japonés; fue más caro por la distancia que existe de Rosarito a Tijuana, en donde se necesita mucha fuerza de bombeo para trasladar el agua, pero es más costoso tener clientes inconformes y mal atendidos", argumentó el ingeniero.
Aguakan realiza cada mes más de cinco mil análisis fisicoquímicos y microbiológicos de muestras de agua desinfectada tomadas en distintas partes de los municipios (zonas de captación, cárcamos de rebombeo y tomas domiciliaras) con el objetivo de monitorear la calidad del agua y asegurar el cumplimiento de las NOM 127 y 179 que establece la Secretaría de Salud.
Con el objetivo de cumplir con la NOM 001, impuesta por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, (SEMARNAT) la cual dicta los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales, se monitorea la presencia de grasas, aceites y sólidos suspendidos en las aguas residuales previo a su disposición final. Para este proceso se realizan más de dos mil 800 análisis mensuales en las plantas de tratamiento.
El tratamiento en las plantas de ósmosis inversa inicia al extraer el agua de los pozos que se ubican a 4 kilómetros de las playas. En zonas costeras es más complicado, porque el agua dulce se mezcla con la que se filtra del océano por medio del suelo, provocando que aumente su carga eléctrica y la porción de impurezas.
El resultado final del agua obtenido en las desalinizadoras es tan puro y ecológico que su consumo humano no conlleva riesgos a la salud, pues la técnica sumamente especializada coloca a éste recurso que la empresa potabiliza, como el más higiénico del país.
Seguido de la extracción, continúa el proceso de prefiltración de sólidos suspendidos, después se retira la salinidad de los tres filtros de las maquinarias.
Posteriormente, el agua se distribuye en los módulos de ósmosis para que a través de los pulidores, el líquido se almacene en la red de agua. Por último, se ejecuta el proceso de cloración, acción que califica como insuperable al agua que brota de las llaves domésticas.
La innovación que Aguakan insertó en sus sistemas de detección de desperfectos en el funcionamiento de los pozos, es un control digital para su supervisión en tiempo real, en el que los gráficos representados por imágenes y bloques de colores simplifican la resolución de cortes de energía, obstrucciones en el servicio y desperfectos en las máquinas.
Por su parte, los distribuidores comunes de agua en otras entidades no poseen el patrimonio para adquirir estos sistemas de detección y vigilancia, lo que conlleva a que las quejas en el manejo del bombeo se aplacen y sean detectadas varias horas después del daño.
También, la superioridad que tienen las plantas de ósmosis inversa en comparación a las regulares, es que pueden continuar funcionando minutos después de que son golpeadas por huracanes y detenidas por descargas eléctricas, esto gracias a la inversión de seis millones de pesos anuales que requieren para el mantenimiento y cuidado de sus materiales de excelente calidad.
"Tenemos encargados que supervisan las plantas en todo momento, es sencillo, pues con la tecnología que tenemos casi todo funciona automáticamente y desde cualquier dispositivo podemos observar cuáles pozos funcionan erróneamente y solventarlo de inmediato, es por eso que aquí nadie se queda sin agua, destacó el ingeniero Montoya.
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