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Dermatitis atópica, mal atendida podría ocasionar depresión

El 36% de pacientes de dermatitis atópica, mal atendida o diagnosticada, son más proclives al suicidio, y cerca del 50% tienen alteraciones del sueño

SALUD

El paciente con dermatitis atópica, además de tratamiento farmacológico, requiere de apoyo psicológico

El paciente con dermatitis atópica, además de tratamiento farmacológico, requiere de apoyo psicológico, ya que la sequedad e intensa comezón en la piel, podría llevar al paciente a depresión grave

Los síntomas visibles de la dermatitis atópica como la resequedad en la piel, enrojecimiento o la descamación son factores que se han asociado con depresión entre los pacientes, sobre todo si la enfermedad está mal atendida.

La dermatitis atópica es una afección inflamatoria crónica de la piel la cual suele caracterizarse por comezón, enrojecimiento, sequedad y grietas, síntomas que son causados por desregulación inmunológica y disfunción de la barrera cutánea, lo que permite la entrada de irritantes a la piel y en consecuencia existe una respuesta inmune exagerada.

La doctora Helena Vidaurri, especialista en dermatología pediátrica, explicó que la apariencia de la piel, por lo general enrojecida y con descamación, ocasiona que las personas comiencen a autoaislarse y evitar interacciones sociales, porque esta condición no ha logrado ser identificada y poder iniciar el tratamiento correspondiente que alivie el malestar en la piel.

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La dermatitis atópica a nivel emocional tiene un importante impacto, ya que esto incrementa el riesgo de desarrollar depresión, la cual, en casos graves, representa un mayor riesgo de suicidio, alertó.

Pacientes con dermatitis atópica son más proclives al suicidio, resultado de la depresión

La especialista en dermatología pediátrica detalló que la calidad de vida de quienes viven con dermatitis atópica, disminuye notablemente, en virtud de la depresión, ansiedad, y limitación de las actividades sociales, familiares, laborales o escolares, con lo que el 36% de las personas con esta enfermedad de la piel son más proclives al suicidio debido a la depresión y la ansiedad causadas por esta condición.

En este mismo sentido, la doctora Helena Vidaurri puntualizó que alrededor de la mitad de los pacientes con dermatitis atópica tiene alteraciones del sueño debido a la comezón intensa y continua, lo que afecta el bienestar general y el estado de ánimo, por lo que la dinámica del círculo familiar se ve alterada.

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Ante la proximidad de la temporada invernal, la doctora indicó que hay diversos factores de riesgo que podrían empeorar la dermatitis, como el aire seco de invierno, los aires acondicionados, temperaturas extremas y cambios de clima, así como el contacto con materiales irritantes y químicos, como los perfumes o colorantes, o con materiales ásperos como las fibras sintéticas.

Hay otros factores externos, como, pacientes alérgicos a agentes como el polen, moho, los ácaros del polvo o de los animales, así como el estrés emocional, los cuales pueden complicar la dermatitis atópica.

Cambio de vida limitada

Asimismo, la doctora Vidaurri, quien fue presidenta del Colegio Mexicano de Dermatología Pediátrica indicó que estas personas evitan algunas actividades cotidianas, y hasta 86% de los pacientes con brotes no ha asistido a balnearios ni ha usado ropa corta como shorts o bermudas”.

A su vez, el doctor Josué León Merlos, gerente médico de LEO Pharma, precisó que los síntomas en la dermatitis moderada a grave son: comezón, piel enrojecida o inflamada, erosiones o supuración, lo que puede ser debilitante y asociarse con dolor y alteraciones del sueño y en la interacción social.

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En cuanto al tratamiento de quienes la padecen, es recomendable que además del médico de primer contacto, el dermatólogo alergo-inmunólogo y especialistas en salud mental en caso de ser necesario, como contar con el apoyo de un psicólogo o un psiquiatra, para atender al paciente y a su familia.

Reconoció que en la mayoría de los casos de dermatitis moderada y grave, la comezón es continua, grave o insoportable, por lo que “cuando el paciente se rasca, se activan los queratinocitos que liberan sustancias inflamatorias que a su vez activan células presentadoras de antígeno y provocan la diferenciación de los linfocitos, los cuales producen aún más citocinas, lo que aumenta la inflamación de la piel y la activación del picor crónico, de manera cíclica”.

La doctora Vidaurri añadió que esta es una enfermedad crónica con actividad intermitente, por lo que, los tratamientos clásicos se enfocan en tratar los síntomas en lugar de modificar la evolución natural de la enfermedad, aunque los tratamientos más recientes para dermatitis atópica moderada y grave, atienden la inflamación crónica y subclínica, lo que permite que los pacientes tengan menos síntomas, mejoren su calidad de vida y, potencialmente, modifiquen la historia natural de su padecimiento.