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Jessi sufrió abuso sexual por parte de su padre, lleva 17 años luchando por justicia

La infancia de Jessi se desarrolló en Quintana Roo, en un ambiente de violencia intrafamiliar, chantaje y amenazas de muerte

Expediente del 2007

Expediente del 2007

La niñez de Jessi fue marcada violentamente por Arturo Dzul Cen, su padre, cuando tenía cuatro años abuso sexualmente de ella durante un año hasta que su mamá se dio cuenta y comenzaron el proceso de denuncia, han pasado 17 años y aun no tiene sentencia, la joven de 21 años ha pasado la mayor parte de su vida en ambiente de violencia, negligencia, indiferencia y omisión por parte de las autoridades.

La infancia de Jessi se desarrolló en Quintana Roo, en un ambiente de violencia intrafamiliar, chantaje y amenazas de muerte: “Cuando eres pequeñita te crees todo, él me decía que no le dijera nada a mi mamá porque la iba a matar y yo guardaba silencio por proteger a mamá”, recordó la mujer.

La mamá de Jessi era el sostén del hogar, aportaba todas sus ganancias para que nada le faltara a su familia, ella también era victima de violencia, su pareja la humillaba, la golpeaba y sobajaba. Cuando la madre se dio cuenta del abuso sexual que ejercían contra su hija, realizaron el proceso de denuncia en la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, Arturo Dzul Cen se dio a la fuga, pero sus familiares comenzaron a amenazar a Jessi y a su mamá.

“La familia de él se paraba afuera de la casa, nos acosaban todo el tiempo, nos decían que íbamos a amenazar muertas, a pesar de que la denuncia estaba hecha, las autoridades nunca hicieron nada cuando se dio a la fuga, tampoco nos brindaron la protección que solicitamos, en una ocasión el hermano de mi agresor provocó un accidente automovilístico y mi mamá casi pierde la vida, pero tampoco fue razón suficiente para que las autoridades nos hicieran caso”, recuerda.

Las autoridades no sólo actuaron con indiferencia, sino que revictimizaron a la pequeña Jessi y a su madre: “La Fiscalía jamás nos protegió, escuchaban nuestras quejas, tomaban nota, daban carpetazo y nos decían que estuviéramos pendientes, nos tocaron personas que en vez de ayudarnos, le dijeron a mi mamá que estaba traumada por mi papá y por eso inventaba todo eso”, explicó.

Las mujeres hicieron múltiples denuncias, las autoridades nunca les dieron seguimiento, incluso a Jess la separaron medio año de su mamá y la mandaron a un DIF: “Me mandaron a un DIF porque revictimizaron a mi mamá, decían que ella era cómplice de mi padre y solapaba las violaciones, en el tiempo que estuvimos separadas a mi mamá la seguían acosando los familiares, ella denuncio el acoso y los policías nos dijeron: si quieren que estén en la cárcel, tráiganlos”, explicó Jessi.

Al ver que la persecución por parte de la familia de Arturo Dzul continuaba y la respuesta de las autoridades Jessi y su mamá se mudaron a la CDMX.

Hasta 2020 Arturo Dzul fue capturado en Quintana Roo por el violar a la hija de su nueva pareja, Jessi siguió luchando por justicia y en 2020 acudió a una audiencia en donde se encontró cara a cara con su padre y éste le dijo al juez que ella debía perdonarlo: “Tuvo el descaro de pedirle al juez que me dijera que lo perdonara si sabía ser buena hija, que si era una hija de Dios dejara el pasado atrás; el juez dijo que Arturo estaba en su derecho de expresar su sentir”.

El 16 de julio del 2020 fue aprehendido

El 16 de julio del 2020 fue aprehendido

El abogado de oficio que le asignaron a Jessi se dio a la fuga, pero antes de huir cobardemente, le pidió a Jess que perdonara a su padre: “Me dijo que Arturo pidió un segundo amparo que seguramente le iban a otorgar, también me pidió que lo perdonara porque estaba enfermo y no estaba en condiciones de estar en la cárcel, también me dijo que el perdón iba a ayudar a mi corazón para que estuviera tranquila, parecía el abogado de él y no mío”, exclamó Jessi con impotencia.

Parte del expediente médico de Jessi

Parte del expediente médico de Jessi

Hace seis meses la hermana de Arturo amenazó a Jessi: “Si ustedes creen que se van a salir con la suya, están pendejas, no vamos a dejar a nuestro hermano solo, se van a arrepentir porque vamos a dar con ustedes donde estén”, decía el mensaje que le mandaron a la víctima.

Pese a que la persecución continua, las autoridades siguen actuando con indiferencia ante el caso, Jessi sigue esperando respuesta, acude a los Juzgados de Distrito de Amparo en Materia Penal en la CDMX en donde le notifican el estado de su proceso, mismas que actúan con la misma indiferencia que las autoridades en Quintana Roo.