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Las agencias internacionales KBRA y DBRS confirmaron la calificación crediticia de la deuda soberana de largo plazo de México en BBB con perspectiva estable, lo que refleja confianza en la solidez económica del país y en su compromiso con finanzas públicas responsables.
Con esta ratificación, México mantiene su grado de inversión por parte de las ocho agencias que evalúan su deuda, condición que le permite conservar un acceso favorable a los mercados financieros internacionales y preservar la confianza de los inversionistas.
Entre los factores clave que llevaron a esta evaluación positiva destacan la resiliencia de la economía mexicana ante un entorno global desafiante, la prudencia en la política fiscal y la autonomía del banco central. Ambas calificadoras coinciden en que la economía nacional está bien posicionada para enfrentar riesgos como la desaceleración económica mundial o cambios en la política comercial de Estados Unidos.
KBRA subrayó que la economía mexicana cuenta con condiciones macroeconómicas sólidas y una política económica confiable, apoyada por el acuerdo comercial T-MEC, un sistema financiero bien capitalizado y un tipo de cambio flexible que contribuye a absorber impactos externos. La agencia anticipa una consolidación fiscal ordenada en 2025 y destacó que los ingresos públicos han superado lo estimado, incluso en medio de la desaceleración global.
También reconoció la diversificación del perfil de la deuda pública y los avances en transparencia fiscal, elementos que fortalecen la capacidad del país para hacer frente a eventuales presiones financieras.
Por su parte, DBRS respaldó la capacidad de México para afrontar la incertidumbre económica del corto plazo gracias a su solidez macroeconómica. La agencia valoró positivamente la existencia de reservas internacionales por 239,100 millones de dólares y el acceso a una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional por 36,200 millones de dólares, herramientas que amplían el margen de maniobra ante escenarios adversos.
Sin embargo, ambas agencias señalaron que persisten riesgos, en particular el posible impacto de nuevos aranceles en Estados Unidos sobre el crecimiento económico mexicano. A pesar de ello, destacan que factores como la integración económica de Norteamérica, la revisión del T-MEC en 2026 y el régimen cambiario flexible representan oportunidades para seguir atrayendo inversión extranjera.