Carlos Cadena, socio fundador de Grupo Vinte, lidera una de las iniciativas empresariales más innovadoras de México y América Latina, orientada al desarrollo sostenible y a la construcción de comunidad: Fundación Vinte, una organización de la sociedad civil que expandió el propósito de la inmobiliaria y ha mejorado la calidad de vida de 150 mil personas.
El impulso por crear y transformar de Carlos Cadena Ortiz de Montellano, no nació en 2020, cuando comenzó a operar la organización sin fines de lucro. Su historia se remonta mucho antes, en un camino donde los negocios, la política y el compromiso social convergen para dar forma a un liderazgo con propósito.
Carlos Cadena Ortiz es un empresario, inversionista y emprendedor social. Actualmente funge como presidente de Fundación Vinte y es socio fundador de Grupo Vinte, la desarrolladora más grande de México.
A lo largo de su trayectoria ha transitado por sectores como el financiero, inmobiliario, tecnológico y de consumo, motivado por una curiosidad que le sembró su familia desde muy pequeño y que se convirtió, al paso de los años, en una profunda necesidad de crear para transformar e impactar vidas.
Cómo la curiosidad marcó el origen emprendedor de Carlos Cadena y anticipó la filosofía de Fundación Vinte
Nacido en Ciudad de México en 1977, Carlos Alberto Cadena creció en un entorno donde la curiosidad y la adaptabilidad fueron parte esencial de su formación. Desde la infancia, su madre sembró en él la semilla de la curiosidad cuando lo motivaba, desde la creatividad, a adaptarse en distintos contextos sociales. Lo que un día era conseguir juguetes para niños de bajos recursos, al otro era asistir a la escuela pública y al siguiente trabajar a bordo de los tráilers transportando ganado para el negocio familiar. Esta motivación se convirtió en habilidad para identificar oportunidades, leer los ciclos económicos y convertir acciones en impacto.
En los años noventa, cuando el país enfrentaba una de sus peores crisis económicas, Carlos Cadena Ortiz de Montellano con 18 años decidió fundar, junto con su hermano y algunos amigos, una casa de cambio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El dinero que habían recibido en préstamo de familia y amigos, duplicó sus resultados en el primer día de operaciones y al poco tiempo, ya contaban con once sucursales.
Ese primer salto en el sector financiero delineó una carrera marcada por la innovación, la estrategia y la curiosidad intelectual que lo llevó a definir que el emprendimiento no se trata solo de generar utilidades, sino de diseñar estructuras que funcionen como motores para transformar vidas.
Una visión pública con propósito
Lo suyo nunca fue quedarse quieto. Como sociólogo de formación y filósofo por pasión, asumió como identidad que emprender, gestionar y conectar ideas son tres formas distintas de decir lo mismo: hacer que las cosas pasen, además con un alto sentido de impacto social. Mismo que buscó también en el ámbito de la política como una forma de amplificar el impacto social a través de políticas públicas.
Durante los siete años que dedicó al servicio público, Carlos Cadena Ortiz de Montellano asumió responsabilidades clave en la administración del Estado de México, entre ellas la Secretaría de Medio Ambiente (2011-2012), donde impulsó políticas orientadas a la sustentabilidad y la gestión responsable del territorio. Durante su gestión, el Estado de México registró algunos de los mejores indicadores de calidad del aire de la década, un logro que marcó su paso por el servicio público y reforzó su interés en temas de desarrollo urbano y sostenibilidad.
Durante su gestión se impulsaron programas de recuperación de espacios naturales y acciones de coordinación metropolitana que mejoraron la calidad del aire. Se lograron meses consecutivos con índices limpios en la zona metropolitana, un récord inédito, y se fortalecieron las políticas de educación ambiental y gestión territorial.
Grupo Vinte para Carlos Cadena como un catalizador del propósito emprendedor
El ADN de impacto social de Cadena Ortiz se vio renovado cuando otro gran proyecto se cruzó en su camino: la creación de Grupo Vinte. Durante el lanzamiento de la Fundación Origen, a cargo de su esposa, Carlos Alberto Cadena Ortiz de Montellano conoció a Sergio Leal, cuyo propósito encontró un camino para construir mucho más que casas.
El filántropo, emprendedor y financiero, Carlos Alberto Cadena, decidió unirse al proyecto de Sergio Leal con dos condiciones: no construir casas en donde los socios no pudieran vivir y el proyecto debía tener un impacto social más allá de levantar un techo. De esta forma, los principios de Carlos con los que arrancó esta historia tomaban sentido; era el momento de dignificar el concepto de interés social, así como hacer comunidad y fortalecer el tejido social.
La filosofía y el propósito se vieron reforzados gracias a la integración de René Jaime Mungarro, como tercer socio de Vinte. Grupo Vinte se convirtió en la posibilidad de cambiar la vida de miles de mexicanos que compran una casa, cuyos elementos de construcción no atentan contra el medio ambiente, al tiempo que articula el tejido social al generar comunidad, y convierte el hogar de una persona en un activo patrimonial que duplica su valor cada 7 años.
“No hay nada más impactante en tu vida que el lugar donde vives, la atmósfera en la que te desenvuelves y el ecosistema del que formas parte. Si en esa esfera logras hacer un cambio, tu misión como empresario consciente o de valor compartido muestra su efectividad”, afirma Carlos Cadena Ortiz.
Carlos Cadena y Fundación Vinte: cinco años de compromiso social con más de 150 mil beneficiarios
En 2020, Carlos Cadena Ortiz de Montellano asumió la presidencia de la recién creada Fundación Vinte, una iniciativa concebida para llevar la construcción de comunidad a nuevas regiones de México. Lo que comenzó como una extensión del modelo de Grupo Vinte, se transformó en una plataforma social activa en 13 estados de la República, comprometida con el desarrollo humano, la sostenibilidad y la mejora del entorno urbano.
Hoy, como presidente de Fundación Vinte, Carlos Cadena Ortiz de Montellano concibe la labor social como una extensión natural del espíritu emprendedor: “Una fundación también es un emprendimiento”, explica. “La diferencia es que los dividendos no son económicos, sino sociales”. Bajo esa lógica, la Fundación se ha consolidado como un espacio donde la innovación, la colaboración y la visión a largo plazo generan impacto real en las comunidades.
En tan solo 5 años y bajo su liderazgo, Fundación Vinte ha impactado a 150 mil personas y sigue sumando aliados para trabajar en 4 áreas de intervención: medio ambiente, salud y bienestar, rescate de espacios públicos y desarrollo humano.
Con los años, Carlos Cadena Ortiz de Montellano ha perfeccionado una mirada estratégica que combina la intuición del empresario con la amplitud del servidor público que alguna vez fue. Esa doble perspectiva le permite anticipar escenarios, leer tendencias y pensar a gran escala; su aporte, dice, no está en lo micro, sino en la visión.
A sus ojos, el emprendimiento sigue siendo una de las fuerzas más poderosas de transformación en México. Por eso, desde la Fundación Vinte, impulsa proyectos que nacen del mismo principio con el que él empezó: la acción. “Si tienes una idea, hazla”, aconseja. “El error es una oportunidad de aprendizaje”. Así, entre ideas, motores y comunidades, la historia de Carlos Cadena, presidente de Fundación Vinte, sigue escribiéndose como la de alguien que no solo crea empresas, sino también caminos para que otros puedan emprender los suyos.