
Los mexicanos estamos indignados, agraviados por las expresiones xenófobas, racistas y profundamente intolerantes, que ha vertido Donald Trump contra un pueblo que ha acreditado ser de trabajo y principios y que gracias a su fortaleza han contribuido a que Estados Unidos tenga hoy la riqueza que le han aportado millones de mexicanos, afirmó la senadora Graciela Ortiz, al destacar que el Estado mexicano no puede adoptar ni hoy, ni nunca, una postura emocional, mucho menos ante personajes de este tipo.
Ante el pleno de la Cámara alta, la legisladora por el estado de Chihuahua aseguró que no fue un encuentro social el del presidente Peña con Donald Trump. El Presidente de la República actuó como un jefe de Estado, como un hombre de gobierno, que se ubica por encima de la circunstancia y ve hacia el futuro.
Al fijar la posición del PRI en el Senado durante el debate que se organizó, a propósito de la reciente visita del candidato republicano a México, recordó que desde todas las tribunas el PRI ha rechazado las propuestas de Trump, pero llamó a todos los grupos parlamentarios a analizar que él solo no es el problema; no es un loco que de pronto empezó a verter conceptos, es el eco, el reflejo de una sociedad anglosajona que piensa, que vive y siente lo que él expresa en todas las manifestaciones de su vida.
Recordó a Samuel Huntington, politólogo y profesor de ciencias políticas en la Universidad de Harvard, quien a través de su propuesta de la tercera ola plantea un nuevo orden mundial que avizora a Estados Unidos a partir de sí mismos y la necesidad de fortalecer y acrecentar la identidad estadounidense, el llamado WASP, White, Anglo-Saxon and Protestant, es decir blancos, anglosajones y protestantes.
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