
Emocionalmente, la basura provoca una sensación desagradable a verla tirada en lugares que deberían embellecer las ciudades, banquetas, dando además seguridad al peatón, el paisaje urbano o rural se ve dañado al tener la sensación que vivimos entre basura.
Además, la basura que se tira al aire libre es una fuente de alimento para los roedores, cucarachas y otros insectos que propician el desarrollo de enfermedades. También los líquidos que se derraman de la basura, tras su descomposición, son una fuente infecciosa.
Uno de los problemas más graves al tirar basura en las calles, lo vemos en cada temporada de lluvias, ya que al taparse las coladeras el desagüe se generan fuertes inundaciones con todos los peligros que estas conllevan: accidentes, pérdida de bienes personales, pérdida de horas productivas por los complicados traslados, y también pérdida de vidas, y generación de muchas enfermedades.
Nada cuesta guardar la basura en nuestra bolsa y al llegar a casa colocarla en los botes asignados para ello, y sí nos cuesta mucho ver los efectos de la basura en las calles, que son parte del ambiente en que desarrollamos nuestras actividades diarias.
Así que hagamos todos un esfuerzo por evitar tirar basura en las calles, ríos, mares, fuentes de agua o en la tierra. Ella contamina todo esto poniendo en grave riesgo el planeta y nuestra salud.
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