Una cifra de 80 mil melómanos apenas se reponía de la primera jornada del Festival Corona Capital cuando ya era domingo, el día más esperado. Algunos aún platicaban de la recta final del día anterior cuando The Kooks poco a poco se convirtió en un imán de multitudes y le robó público al cantante Borns, gracias a temas como “She Moves on Her Own Way”, “Bad Habit”, “You Don’t Love Me” y “Ooh la”.
La mayoría de las personas coincidía en que el espectáculo de The Chemical Brothers fue el más impresionante del sábado. Entre las piezas que desplegaron estuvieron “Free yourself”, “Mad as hell”, “Believe”, “Do it again”, y por supuesto sus grandes éxitos como “Galvanize”, “Chemical beats” y “Block rockin’ beats”, con la que cerraron su presentación. Inolvidables los robots impresionantes y los visuales en cada canción.
Otros más celebraban haber visto a Robbie Williams, que demostró por qué es uno de los frontman más destacados de su estilo: “Permitanme presentarme. Mi nombre es Robbie Fucking Williams. Ésta es mi banda, éste es mi trasero y esta noche su trasero es mío”, para cuando dijo esas palabras todo era euforia. En su presentación sonaron “Feel”, “Come undone”, “Rock DJ” y “Angel”, entre otros, aunque el momento más emotivo fue cuando cantó con su papá “Better man”.
Pero era domingo y era el día más esperado de la edición de este año. La pasarela del Corona Capital 2018 pasó a su segundo día: coordinados y distintos outfits, dieron prueba de una de las características del festival, la generalizada afluencia de un sector de la población con aspiraciones estéticas que van más allá de espectáculo en sí mismo.
Distintos proyectos comenzaron a desfilar por los escenarios; desde King Henry, pasando por San Fermin y Bad Sounds, hasta Superorganism; presentaciones que sumaron público conforme avanzaban las horas.
Entradas las 17:00 horas, la temperatura descendía y The Lemon Twigs, acompañaron con melodías dulces y ese peculiar rock clasico; el ocaso que despedía sus últimos rayos solares sobre el arco de globos morados que cruzaban el espacio frente al escenario Doritos Búnker; dónde algunos aprovecharon para tomar un descanso en la periferia.
Para ese punto la afluencia de la gente ya había aumentado considerablemente en comparación al día anterior. Mientras tanto en el Corona Light, Deaf Havana contrastaba con un sonido más denso que el del escenario contiguo, desde donde se alcanzaba a escuchar el desenlace de la presentación de The Lemon Twigs.
Así llegó el turno de The Neighbourhood en el escenario Corona, quienes dieron la bienvenida a la noche con sensualidad y melancolía, interactuando en cada oportunidad con el público, con temas como “Scary Love” y “Daddy Issues”.
Por su parte, el dúo alemán, Digitalism, de inmediato arrancó con una explosión de música electrónica que energetizó al público frente al Corona Light; sin embargo los problemas de sonido existentes en el escenario desde el día anterior, cobraron factura en algunos momentos.
Chvrches prendió de colores el escenario Levi’s, con la dulzura que caracteriza a su vocalista. Del mismo modo, MGMT aglomeró a una gran cantidad de público frente al escenario Corona, poniendo a bailar y brincar a todos.
Instantes después, el piso del Autódromo Hermanos Rodríguez se cimbró cuando Nine Inch Nails subió al Doritos Búnker, con la potencia de la batería y la estridencia que los caracteriza, siendo no solamente uno de los números más esperados, sino el de mayor potencia. Aunque las pantallas fallaron en algunas ocasiones, la banda orquestó un impresionante espectáculo entre luces y humo denso que permanecía en el escenario, dejando ver únicamente las siluetas de los integrantes.
Hasta el cierre de esta edición aún faltaba por ver los espectáculos de New Order e Imagine Dragons.
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