Bienestar

Dormir a plenitud, sueño lejano

Hábitos. Entre otros factores, lograr un absoluto descanso reparador es un objetivo para el que se necesita tener el control del entorno en donde se duerme

La mujer pájaro
La mujer pájaro La mujer pájaro (La Crónica de Hoy)

Dormir bien está difícil, pues cualquier incidente interrumpirá el sueño durante la noche y además existen otras amenazas como el estado de salud físico y mental de cada persona, así como las características del lugar en donde se reposa y hasta con quién se comparte la cama.

Cada órgano del cuerpo humano se restaura únicamente durante el descanso nocturno, tarea que se vuelve complicada si se considera que existen entre 80 y 100 trastornos del sueño, alteraciones que además de mermar la calidad de vida individual, también impactan de manera económica.

Un estudio de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés) indica que un solo trastorno del sueño sin diagnosticar, la apnea, le cuesta a Estados Unidos, la cantidad de 149.6 billones de dólares anuales, de los cuales más de la mitad (58.32 por ciento) corresponde a pérdidas por baja productividad; 26.2 billones por siniestros vehiculares y 6.5 billones por accidentes laborales.

Aunado a esto, el estudio de la AASM señala que la apnea no diagnosticada complica el tratamiento de enfermedades como hipertensión, males del corazón, diabetes y depresión, hecho que en consecuencia incrementa los costos de recuperación hasta en 30 billones de dólares al año.

En el país no existen datos puntuales que indiquen el gasto por mal dormir, así como tampoco se tiene la cifra exacta del universo de personas afectadas. Si se toma como punto de partida que la apnea del sueño es un trastorno prevalente en personas con sobrepeso u obesidad, se podría inferir que 8 de cada 10 adultos mexicanos acostumbra pasar mal la noche.

El doctor Reyes Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño, estima que al menos 50 por ciento de la población mundial tiene algún problema al momento de dormir, por lo que destaca la necesidad de que las personas comprendan y estimen el impacto que pueden tener en sus vidas los trastornos del sueño.

¿Qué te quita el sueño? Con frecuencia, los niños y adultos pasados de peso presentan apnea del sueño porque la inflamación de su cuerpo provoca la obstrucción de las vías respiratorias, con lo que si no pasa libremente el aire al dormir, la persona ronca y se despierta brevemente varias veces durante la noche. Aunque la apnea del sueño es uno de los trastornos más frecuentes del dormir, es apenas una de las aristas del problema, ya que puede relacionarse con otras alteraciones como somnolencia diurna o con la narcolepsia, los cuales tienen en común la necesidad de cerrar los ojos en momentos inapropiados; por ejemplo: en el trabajo, en el transporte público o al manejar.

Otras formas de llegar a la narcolepsia o a la somnolencia diurna pueden ser el insomnio y/o el abuso de alcohol y otras drogas, ya que si “los demonios de la conciencia” no le permiten estar en paz a las personas, el sueño no llegará cuando debe y se hará presente de manera inoportuna.

Cabe destacar que tanto la narcolepsia como la somnolencia diurna también pueden originarse sin la presencia de apnea del sueño, insomnio o uso de substancias tóxicas, por lo que para resolver cada caso en lo individual se tendrá que acudir a una clínica del sueño. Al respecto, el doctor Reyes Valencia apunta que, menos de un tercio de la población que necesita tratamiento, se acerca con un especialista a pedir ayuda, por lo que cada paciente representa una amenaza para su propia integridad física y la de quienes lo rodean.

Aunque existen pautas que indican cuánto deben dormir las personas al día, —por ejemplo: un niño de entre tres y cinco años debe descansar 11 horas y un adulto de entre 25 y 64 años debe pernoctar al menos ocho—, los especialistas han aclarado que cada individuo tiene una necesidad de horas determinada para recuperar energías. Lo importante es que en verdad se restaure.

Para evitar que éstos y otros trastornos como hablar u orinar dormido, sonambulismo y terrores nocturnos se conviertan en un problema mayor, las guías médicas indican que se debe evitar la autoprescripción de fármacos para conciliar el sueño, ya que si no se atiende la causa, el problema persistirá. Evitar o postergar el diagnóstico de uno de estos trastornos tiene consecuencias irreversibles; por ejemplo: no atender una alteración que se presenta durante una de las fases del sueño puede provocar impedimento cognitivo o Parkinson a mediano plazo, por lo que si quieres evitar una pesadilla de éstas, averigua qué te quita el sueño.

Copyright © 2017 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México