El Día de Muertos en el séptimo arte
Especial. Crónica hace un recuento de las mejores representaciones de la festividad mexicana: desde la visión de Sergei M. Eisenstein, hasta la de los animadores mexicanos de nuestros días
Especial. Crónica hace un recuento de las mejores representaciones de la festividad mexicana: desde la visión de Sergei M. Eisenstein, hasta la de los animadores mexicanos de nuestros días
"El Día de Muertos era como mi Navidad”, dijo el cineasta mexicano Guillermo del Toro en una de sus más recientes visitas a México, para referirse a la tradición del Día de Muertos, una celebración prehispánica que festeja a la muerte como en ningún lugar del mundo. A través de ella, la sociedad mexicana recuerda a los seres queridos que han perdido la vida y alimenta su espíritu con coloridas ofrendas creadas a partir de flores de cempasúchil, imágenes en papel picado, fotografías, alimentos y las bebidas favoritas de los difuntos.
Y es que esta tradición, celebrada el 1 y 2 de noviembre, que los extranjeros miran con asombro y cierta incredulidad, también ha inspirado a cineastas. Curiosamente la primera gran película que hace referencia a la festividad fue realizada por un extranjero. Impresionado al conocer los grabados de José Guadalupe Posada, el legendario cineasta soviético Sergei M. Eisenstein viajó a México para retratar a nuestra sociedad.
Aunque el proyecto fue cancelado, el material que había rodado es histórico. No pudo verse sino hasta 1972, cuando el también cineasta soviético Grigori Aleksandrov logró ensamblar la versión más aceptada de ¡Que viva México! (1930-1932), la cual consistía en cuatro episodios: Sandunga, Maguey, Fiesta y Soldadera, así como un prólogo y un epílogo. De este último resaltaría el especial interés de Eisenstein por el Día de Muertos y los grabados de Posada. Ahí plasmaría la tradición milenaria mezclada con la modernidad de la época.
Uno de los filmes más representativos es Macario (1959), de Roberto Gavaldón, quien nos presentó a Ignacio López Tarso y a Enrique Lucero (como Macario y la Muerte) filosofando sobre la vida en la adaptación de la novela del alemán Bruno Traven. Empieza con el Día de Muertos, desde el primer minuto podemos ver ofrendas y calaveritas, pero en realidad es un relato profundo sobre el significado de la muerte, con imágenes icónicas como la secuencia de miles de veladoras.
En los años 60 se estrenó Mictlán (1969), dirigida por Raúl Kamffer, sobre una joven aristócrata y su familia, quienes no respetan ninguna de las fiestas tradicionales de la comunidad; su perspectiva cambia cuando ella prueba peyote, lo que le permite hacer un viaje al Mictlán (tierra de los muertos) y conocer el significado de honrar a los difuntos.
En 1987, fue Luis Alcoriza quien volvió a retomar la tradición para su película Día de difuntos (Los hijos de la guayaba), con la que logra capturar la idiosincrasia de los mexicanos. En este filme, un grupo de extraños coincide en un panteón para celebrar el Día de Muertos; sin embargo, entre charlas se van develando conexiones humanas que van más allá de las clases sociales.
Otros trabajos mexicanos memorables son los animados del nuevo milenio. En el 2001, René Castillo hizoHasta los huesos, un cortometraje en stop motion que se ganaría un lugar dentro de lo mejor de nuestra cinematografía. Durante 12 minutos, increíbles calaveras creadas con plastilina nos muestran los últimos instantes de vida de un hombre que llega aterrorizado al mundo de los muertos. También se aborda en La leyenda de la nahuala (2007), largometraje animado que desarrolla su historia unos días antes de la famosa celebración mexicana.
Mirada desde fuera. En los años 80, mientras el cine mexicano padecía una de sus crisis, el Instituto Nacional de Cinematografía, dirigido por Alberto Isaac, invirtió cuatro millones de dólares en la realización de Bajo el volcán, cinta dirigida por John Huston y coproducida por norteamericanos y Conacine. Basada en la novela de Malcolm Lowry, la cual narra la historia de un cónsul británico en el pueblo de Quauhnáhuac (Cuernavaca) durante el Día de Muertos.
En Sangre por sangre (1993), sobre tres hispanos que se ven envueltos en la violencia de las bandas de Los Ángeles, la secuencia de un asesinato ocurre durante el 2 de noviembre durante la celebración del Día de Muertos. Caso similar al de la secuela de El cuervo, Ciudad de ángeles (1994), en la que se observa una escena en la que se retoma la celebración mexicana cuando el protagonista entra a una iglesia y encuentra un altar que es dedicado a todos aquellos que ya no están en esta vida. También está el caso de Érase una vez en México (2003), de Robert Rodríguez, cuyo clímax ocurre en el Día de Muertos con escenas filmadas en San Miguel Allende, Querétaro y Guanajuato.
Los casos más recientes son muy sonados. Primero está el filme animado El libro de la vida (2014), que si bien es una producción estadunidense, fue realizado por el mexicano Jorge R. Gutiérrez, bajo la producción de Guillermo del Toro: Cuenta el viaje de Manolo (Diego Luna), un joven que tiene que elegir entre lo que le dice la razón y lo que le dicta su corazón: la música.
También está una de las secuelas de 007. Lanzada en el 2015, Spectre, dirigida por Sam Mendes y protagonizada por Daniel Craig, la vigésimo cuarta entrega de James Bond se ubica en sus primeras escenas en la Ciudad de México, en plena celebración del Día de los Muertos, pasando más tarde a la capital de Italia, Roma. Ahí se aprecia un desfile realizado por catrinas en el Centro Histórico de la ciudad que si bien aún no era una realidad en el país, nos recuerda una de las celebraciones de mayor relevancia de México. Por cierto, ahora sí se hace ese desfile.
Pero el caso más representativo fue el realizado por Pixar el año pasado con Coco, bajo la dirección de Lee Unkrich, por la cual ganó este año el Oscar. En su discurso agradeció a la cultura mexicana por inspirar la historia de Miguel, un niño que vive con su familia en un lugar rural y que tras algunos sucesos extraordinarios logrará tener una reunión familiar única, en el mundo de los muertos. Es un filme que roba el corazón.
Finalmente, cabe destacar el estreno de Día de muertos, un largometraje animado que incluso estuvo listo antes que Coco, pero que en la competencia comercial ha tenido que retrasar su estreno. El proyecto es dirigido por Carlos Gutiérrez.