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El emprendedor de la mariguana

El noviciado de Luis Niño de Rivera en el consumo de la mariguana coincidió con inició, en 2006, de la guerra que Felipe Calderón le declaró al narco.

(La Crónica de Hoy)

El noviciado de Luis Niño de Rivera en el consumo de la mariguana coincidió con inició, en 2006, de la guerra que Felipe Calderón le declaró al narco. Tenía 16 años, estudiaba en una escuela particular y después de consumirla un tiempo, se apasionó por el mundo de la planta y luego de emigrar a Estados Unidos, se convirtió en un empresario especializado en la comercialización legal de la yerba.

Contactado luego de los foros convocados por el gobierno mexicano, relata para nuestros lectores:  

“Traté de sembrar mis primeras plantas en el techo de la casa de mis papás. Unas plantitas, a escondidas, así nació todo. Empecé a crecerlas (cultivarlas), a trabajar con las genéticas, a conocer sobre los esquemas de prohibición y los esquemas legales que se han dado en el mundo. Para mí no era sólo el consumo, sino que me apasioné por el tema”.

Un año después de que el consumo de marihuana para uso recreativo se hiciera legal en Colorado (2012), Niño de Rivera decidió irse de México: su mayor preocupación al cultivar plantas en su casa no era que lo agarrara la policía, sino el narco. 

“Me salí lo antes que pude de México y me vine a Colorado, llegué cuando tenía 24 años y a la semana ya tenía trabajo. Mi familia no estaba nada de acuerdo, a los 22 años me tuve que salir de mi casa porque estaba cultivando mariguana, mis papás se dieron cuenta. Cuando me salí de mi casa ellos seguían súper en contra de la yerba, algo que yo ya había hecho un proyecto de vida. Ellos no entendían al principio; toda la vida me enseñaron que las drogas son malas”. 

Hoy, Luis es gerente de 10 tiendas de mariguana en Colorado, seis de uso lúdico y cuatro de uso medicinal. Con 26 años y al menos 10 de consumo y estudio. Participó en los foros convocados por el gobierno mexicano y presentó en las audiencias del Senado un proyecto que compila su experiencia respecto a la regulación del consumo de marihuana. 

Pero no pugna por que se den iniciaciones (como la suya) antes de la mayoría de edad:

“Yo quiero que los mexicanos podamos crear nuestro propio mercado de mariguana y sacarle provecho nosotros: nosotros podríamos convertirnos en un ejemplo mundial en esta industria. Hablemos de evitar un monopolio, de tiendas con reglas específicas para la producción y venta de plantas, que no se permita la venta a menores de 18 años, un portal electrónico en el que se reporte cada planta que estés metiendo a tu espacio para crecer y se le puede llevar el seguimiento, el gobierno puede hacer un chequeo aleatorio, es un sistema que no tenemos que reinventar, sino adaptar los que ya existen a nuestra realidad”. 

La información y la experiencia adquirida en Colorado generó que su familia comenzará a cambiar de opinión y finalmente a apoyarlo. El mantenerse en constante capacitación lo ha llevado a ser uno de los ponentes más jóvenes en ese foro. También uno de los de mayor experiencia en el estudio y cultivo de la planta. 

“Me gusta mantenerme mucho al corriente hacia dónde va el tema, antes fumaba mucho, ya no fumo casi nada, pero sigo muy apasionado por la industria. El ver crecer estas plantas, el trabajar con las genéticas, el crear mis propias combinaciones me fascina, a mí me gustaría tener mi propia empresa de genética y de extractos… ahora estoy tratando de sacar una raza que sea 5 por ciento THC y 12 por ciento CBD (sustancias psicotrópicas)”. 

Parte de su propuesta, efectivamente, aboga por un esquema que permita lugares de consumo para los jóvenes y reglas estrictas para que la mariguana no sea consumida por menores de edad. 

“A mí me metieron a lo que todo mundo conoce como el Colegio Marihuano; entonces desde pequeño la mota estuvo muy presente para mí. Empecé a fumar a los 16, hoy en día lo veo y me hubiera gustado empezar mucho más tarde, porque sí me afecto en cuanto a mi maduración. A mí esta droga me llegó de niño, yo sé que les llega a los niños y  no quiero que les siga llegando”.

“Mi abuela dijo que era drogadicto. Moralmente, escuchar eso es bien fuerte. Te quiebra. Como si estuvieras destinado a valer madre, a ser lo peor de lo peor, sólo porque te gusta fumar mota. Llega un punto en el que la probabilidad de que te metas en broncas fumando en la calle es menor a que lo hagas fumando en tu casa. Cuando te vuelves un consumidor habitual empiezas a fumar desde que despiertas y eso te trae problemas”. Quien relata es Jasiel, de 29 años, presidente y miembro fundador del Club Cannabico Xochipilli.

Su labor la describe como perseguir un sueño; buscar una libertad: la de fumar mariguana.

“Yo me gané esto a chanclazos con mi madre. Afuera gente del club me dice: qué chingón que están haciendo esto. En mi casa me ha dicho: te vas a volver narcotraficante y te vas a pudrir”.

Resume este conflicto entre calle-hogar con un “La batalla ha sido ardua”.

Empezó a fumar a los 14, en segundo de secundaria, y lo sigue haciendo hasta ahora.

Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes 2014, de la Comisión Nacional Contra las Adicciones, en México hay más de medio millón de estudiantes de secundaria y bachillerato que han consumido mariguana alguna vez en su vida. Jasiel está entre quienes conocen la mariguana antes de llegar a los 18 años.

De acuerdo a la misma fuente estadística, el consumo de estos estratos poblacionales es especialmente significativo en la Ciudad de México, Quintana Roo y Estado de México.

Para ellos no hay un lugar seguro donde puedan realizar el consumo, aun siendo experimental o de manera recreativa. Tampoco hay una forma segura de conseguir la planta.

“Yo y un amigo pusimos un bar y no funcionó, después de eso no tenía dinero, ya no trabajaba en el despacho, no estudiaba, ya no tenía nada y me volví mariguano de parque, fumábamos con convictos, con gente que moneaba, con gente que ya estaba bien perdida y compartíamos el toque...”

La organización a la que pertenece hoy en día indica que su finalidad “es conseguir una autorización para el consumo legal de la mariguana con fines médicos y recreativos; de manera legal, para cada uno de nuestros asociados (SMART lo consiguió sólo para 4 personas debido a un error que pudo haberse evitado)”.

El sitio oficial de internet del Club Cannabico Xochipilli anuncia a que cuentan con un grupo de abogados expertos “en litigio estratégico” quienes van a realizar, a nombre de todos los asociados, una petición a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Confepris), en caso de que sea negada  llevará a cabo todos los trámites necesarios hasta conseguir un amparo de la Suprema Corte de Justicia.

Este amparo seria equivalente al conseguido por los cuatro solicitantes de SMART, incluyendo a Torres Landa de México Unido contra la Delincuencia.

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