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“El Juego del Calamar”: ¿Qué tan bueno eres aún con los juegos de tu niñez?

Uno de los estrenos más recientes de Netflix es esta serie que cautiva con su premisa sobre un concurso en el cual quien participa busca salvar su vida

“El Juego del Calamar”: ¿Qué tan bueno eres aún con los juegos de tu niñez?

“El Juego del Calamar”: ¿Qué tan bueno eres aún con los juegos de tu niñez?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
Netflix ha sorprendido muchas veces a los suscriptores con sus constantes estrenos, especialmente cuando se trata de su contenido original. Por lo que no es de sorprendernos que la nueva propuesta, El juego del calamar, haya causado tal impacto en sus espectadores desde su estreno el pasado 17 de septiembre. 

La premisa de este show televisivo de origen surcoreano nos presenta a una serie de participantes que son reclutados para participar en un concurso donde literalmente su vida dependerá de ganar. Los requisitos son simples: deber cantidades de dinero que no serían capaces de pagar y ser un don nadie o alguien a quien nadie extrañaría en realidad. Al aceptar participar, renunciarás a tus derechos humanos y competirás en juegos infantiles clásicos del país por una suma que fácilmente resolvería su vida y pagaría todas sus deudas acumuladas.

Conforme avanzan los episodios en esta primera temporada de nueve episodios, el aura de tensión va aumentando por ver cómo cada jugador de los 456 iniciales va saliendo del tablero. Sin embargo, hay algo más grande que está detrás de esta partida: una conspiración donde gente de élite está involucrada en apuestas viendo el sufrimiento de estas personas como un mero entretenimiento cotidiano.

La moral, tu humanidad y sentimientos se ponen en juego al ver la desesperación de los participantes por intentar mejorar sus vidas a un alto riesgo. Algunos de los  juegos a los que se enfrentarán son: Luz roja, luz verde, Canica, Juego de la Soga y el principal, mismo que le da nombre a la serie: El juego del calamar
A pesar de estar pensada desde el año 2008, Hwang Dong-hyuk, director y creador de la serie, no encontraba quien pudiera producir este proyecto. Pero fue hasta hace unos meses que Netflix le abrió las puertas para dar comienzo al macabro juego que apenas comenzaría con esta primera entrega.

La mayoría del reparto está constituido por modelos y grandes estrellas que son conocidas en Corea del Sur, Park Hae-soo representa al jugador 456, también llamado Seong Gi-hun. Él es quien protagoniza la serie, siendo su evolución de lo más notorio en la misma, ya que, a pesar de siempre saber que su vida corre riesgo y que solo habrá un ganador, no duda en ayudar a los demás participantes y no perder esa chispa de inocencia que lo caracteriza desde el principio. También encontramos a su hermano, Cho sang-woo o jugador 218, interpretado por Lee Jung-jae, una promesa de la carrera de Administración de Finanzas que por malos negocios cae en la misma red que los demás y quien ayudará a resolver probabilidades o calcular estadísticas para los juegos pero no dudará en ponerse como prioridad si así lo requiere.

Pero es HoYeon Jung quien se roba el protagonismo, una joven modelo coreana que representa al jugador 067, un personaje que, a pesar de tener una apariencia ruda demuestra a ratos que puede tener un poco de bondad dentro de ella. También está Oh Young-soo, jugador 001, personaje peculiar y misterioso que aún con su edad es bastante resistente y con ases bajo la manga cuya interpretación pone un equilibrio entre los participantes y no subestima sus capacidades a pesar de tener un tumor en la cabeza.

Con solo dos escenas, Gong Yoo, mejor conocido por su papel en Tren a Busan, ha causado tal revuelo en redes sociales con su papel tremendamente secundario que consiste en hacer que, a través de un juego, ganen y acepten la invitación para formar parte de este experimento, ha robado cámara con su presencia, adaptándose bien a este curioso ensamble.

Entre todos ellos, más personajes complementarán los equipos participantes entre los que habrá a quienes amas u odias, pero que guardan sorpresas más allá de sus números y que sus habilidades los harán salir de aprietos si trabajan en equipo una vez olvidan que están en una competencia a ganar o morir.

Las melodías que suenan a lo largo de la serie son canciones que los niños tararean o escuchan mientras juegan en Corea del Sur, pero alteradas para sonar terroríficas  e infundir ese miedo constante de que no estás a salvo ni dormido, algo que remite a ciertos clásicos del terror y suspenso.

La iluminación y escenarios son estridentes, no proporcionan un aura de tranquilidad y no dejan descansar la vista salvo cuando la oscuridad te invade junto con un sentimiento de incertidumbre constante. Puedes pasar de un escenario muy colorido y perderte en laberintos de escaleras y al siguiente momento estar presenciando una masacre, siendo este toque algo que recuerda a la saga de Battle Royale.

Debido al final que plantea esta primera temporada del show y al buen recibimiento por parte del público, es posible que no tarden en confirmar una segunda temporada para resolver esos espacios vacíos que no logramos resolver en esta inicio del juego.