
El Kiosco Morisko –el principal atractivo de la colonia Santa María la Ribera– por el que la plusvalía se ha disparado en millones de pesos para la adquisición de vivienda en esta zona de la alcaldía Cuauhtémoc– está fracturado en una de sus rejas, que, si bien se trata de adecuaciones hechas durante lo que va del siglo XXI– son parte de una construcción catalogada como patrimonio cultural, y que fue vencida a fuerza de vecinos que igual anclan sus ligas elásticas de ejercicio o que niños en presencia de sus padres usan para montarse.
El acoso a las rejas del famoso kiosco finalmente sucumbió, y desde hace unos días hoy luce fragmentado en su estructura en esa estructura que rodea la parte baja del monumento.
Crónica realizó un recorrido alrededor de la Alameda de Santa María y observó que hubo un desprendimiento de la reja soldada a los pilares que sostienen parte del Kiosco Morisko, construido de madera circular con madera, hierro, mosaico y vidrio.
Aunque las rejas son parte de modificaciones emprendidas en este nuevo siglo, al momento no ha habido un pronunciamiento por parte de las autoridades del área de Cultura de la alcaldía Cuauhtémoc que informen dónde se encuentra la reja metálica y si es posible su pronta reposición o incluso si ya se tiene un dictamen por parte del INAH.
La Alameda de Santa María la Ribera es visitada todo los días, y a todas horas, por vecinos que usan sus 700 metros para correr o trotar, y los que se adentran a la zona de Kiosco utilizan las rejas metálicas en color azul turquesa para anclar sus ligas para fortalecer brazos.
"Está pésimo que la gente sea tan ignorante para no respetar el Kiosco, que es bellísimo. Ojalá y pronto resuelvan la ubicación de la reja y pongan advertencias sobre multas o castigos en caso de las afectaciones al patrimonio cultural", dice Miguel Ángel, quien vive en Dr. ATL y Díaz Mirón, a una calle del monumento.
Diversos habitantes de la zona señalan que este daño a la estructura quizá no lo provocaron los vecinos, sino que gente que visita el atractivo.
De acuerdo con el registro que tiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Kiosco Morisco es un patrimonio inmueble cultural que data del siglo XIX construido de manera circular con madera, hierro, mosaico y vidrio. Este inmueble también cuenta con protección del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) de la Ciudad de México.
“Es un inmueble de planta octogonal con estructura de hierro forjado celosías afiligrandas. Base de cantera recubierta con mosaico; rejas y columnas metálicas y cúpula de madera, cristal y metal”, detalla una ficha técnica sobre el monumento.
El kiosco fue diseñado por el ingeniero José Ramón Ibarrola para ser el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1884 en Nueva Orleáns, año en que por primera vez el país participó en una exposición internacional.
La estructura de este kiosco está conformada por varios arcos y columnas mudéjares, realizada completamente en hierro, material de construcción de los que se plantea que posiblemente fueron fundidos en la ciudad de Pittsburgh, Pensilvania, en los hornos propiedad del magnate norteamericano Andrew Carnegie.
(Con información de Reyna Paz Avendaño)
La ubicación original del disco fue el costado sur de la Alameda Central donde alojó actividades relacionadas a los sorteos de la Lotería Nacional, no obstante, con motivos de los festejos del centenario de la Independencia de México, el entonces Porfirio Díaz mandó construir en el lugar que ocupaba el Kiosco Morisco, el Hemiciclo a Juárez, por tanto el monumento circular fue trasladado a la colonia Santa María la Ribera.
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