
Abuelo, abuela, abuelito, abuelita, Tito o tita, abu, no importa cómo se les diga, ellos son muy especiales para todos los niños.
Hay que recordar que ellos trabajaron toda su vida, sacrificaron muchas cosas por sus hijos en hijas, y se merecen respeto y amor, tolerancia y paciencia, valores que practicaron durante su vida con sus seres más queridos, pero desafortunadamente al llegar a la vejez, con enfermedades, presiones económicas, sin trabajo y cada día con menor capacidad para valerse por sí mismos, lo que reciben es el abandono, la soledad, muchas veces el abuso de sus seres más querido, muchos son despojados de sus bienes.
Los adultos mayores que tienen la dicha de ser abuelos, son más felices cuando conviven con sus nietos, ya que se convierten nuevamente en niños, educadores, cómplices de sus travesuras, jueces en sus conflictos al mediar entre los padres y ellos. Los nietos les inyectan vida y favorecen su salud.
Entre las ventajas de la relación de los nietos con los abuelos están:
Pero ellos y ellas necesitan vivir esta etapa y su vejez con:
- Amor, rodeado de tus seres más queridos, que sin duda son los hijos y nietos.
- Tomarlos en cuenta, aunque repitan las cosas, o se les hayan olvidado recuerdos, aunque tiren algo o tropiecen. Merecen ser tomados en cuenta.
- Incorpóralos a las actividades familiares. Ellos tienen aún mucho que aportar a la familia, con ejemplos, recuerdos, chistes, y anécdotas. Toma en cuenta sus opiniones y sugerencias.
- Reconoce sus esfuerzos por hacer lo que ya que les cuesta trabajo o no pueden realizar bien.
- Llévalos a pasear, no importa que sea en sillas de ruedas o con un bastón, merecen ver lo que hay a su alrededor.
- No les quites sus ahorros, ellos les dan seguridad y se sienten mejor cuando saben que no son “una carga” para sus familiares.
- Si los llevas a una casa de reposo, que sea porque tú trabajas y no puedes atenderlos como se merecen, no porque quieres deshacerte de ellos. Visítalos seguido y no los abandones. Haz que los nietos se acostumbren a verlos y a quererlos.
- Nunca les pegues o grites, ellos no se pueden defender y es muy cobarde hacerles algo así.
- Llévalos al médico y atiende sus necesidades de salud.
- Permite que coman con la familia, aunque hagan ruidos o tiren un vaso con agua, ayúdales a partir y llevar a la boca sus alimentos.
- Cuando estén enfermos, aliéntalos, ponles música, platícales lo que hiciste, sentirse tomados en cuenta les ayudará a pasar mejor sus momentos más difíciles.
- Escucha lo que quieran platicarte, aunque lo repita varias veces, asómbrate de lo que dicen. Sus conocimientos y experiencia fueron y serán maravillosos siempre. Recuerda que los años llevan a la disminución de muchas habilidades, el caminar se entorpece, la vista y el oído disminuyen, la mente olvida, la piel se arruga, pero el corazón sigue necesitando amor y todo lo demás cuidados. Tener paciencia es un acto de amor.
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