Cultura

Ideologizar o etiquetar a la ciencia sólo produce estragos, dice Antonio Lazcano

El Premio Crónica dijo que es posible una ciencia sin adjetivos y hay que luchar por ella. Dictó la conferencia “Lysenko y la búsqueda (trágica) de una ciencia comunista”.

(La Crónica de Hoy)

Lazcano Araujo, Premio Crónica, narró que Lysenko se hizo famoso por afirmar que el enfriamiento de granos y semillas las puede adaptar para el crecimiento y germinación a bajas temperaturas, un problema que enfrentaba la Unión Soviética después de la revolución bolchevique.

El método se llamaba vernalización y provocó un desastre sin igual en la agricultura soviética que se tradujo en hambrunas. Sin embargo, el apoyo de Stalin le permitió ocupar la presidencia de la Academia de Ciencias Agrícolas, desde donde causó daños absolutamente irreparables a la biología soviética, incluyendo el encarcelamiento y muerte de científicos y genetistas distinguidos como Vavilov.

“Los problemas empezaron desde la oposición entre Darwin y Mendel que fue vista ideológicamente desde el imperio ruso. El debate científico se convierte en parte de una lucha ideológica, lo que va a tener consecuencias trágicas”, declaró Lazcano.

Explicó que la preocupación de Darwin era entender por qué tenemos una enorme diversidad (pasada y presente) y cómo eso es resultado de la selección natural. Sin embargo, Marx, Engels, Lenin y Stalin —entre otros— hicieron una apropiación ideológica en que se enarboló el darwinismo como estandarte de una sociedad donde las ciencias y humanidades estarían teñidas por la visión comunista, materialista y bolchevique.

Lazcano agregó que en 1927 la Academia Comunista de las Ciencias de la URSS enfatizó la importancia del estudio de los caracteres adquiridos de Lamarck, y algunos de sus miembros afirmaron que ese era el único enfoque marxista.

“Lysenko era muy histriónico, denunciaba la ‘ciencia reaccionaria, ciencia occidental, ciencia idealista’, como una ciencia que estaba en contra de la madre patria soviética, siempre precedido por la imagen de Stalin”, señaló.

A partir del poder enorme que tenía Lysenko y de su postura, el Ministerio de Educación emitió decretos que prohibieron los cursos de genética y la enseñanza en general de las teorías de Mendel y Morgan en las escuelas agrícolas, de veterinaria, medicina. También hubo una propaganda brutal donde se decía que había que hacer de la agricultura natural y de los conocimientos de los campesinos la gran productora para evitar el hambre.

“No es un asunto de perdonar, hay que ver los errores y desaciertos que se cometieron con excesos como éste, que la izquierda se ha negado a ver o simplemente ha ignorado”, opinó el miembro de El Colegio Nacional. “Uno de los grandes problemas fue la ideologización de un aparato científico, el intento para desarrollar una ciencia comunista, basada en el marxismo-leninismo, que pudiera representar una alternativa a la “ciencia capitalista”, y el énfasis en el carácter práctico de la ciencia que busca dar una solución científica a un fracaso político”, expresó.

Durante la conferencia, Lazcano ejemplificó que a lo largo de la historia tanto la derecha como la izquierda han sacado de contexto el quehacer científico para apoyar sus perspectivas ideológicas, y estas tendencias persisten.

“Es ingenuo pensar que las disciplinas científicas y quienes las practican pueden permanecer ajenas al contexto sociológico en el que se encuentran. La sumisión a los aparatos de poder puede ser directa o muy sutil, como las modas de investigación, y a menudo no nos damos cuenta de ello”, concedió; sin embargo, concluyó es posible una ciencia sin adjetivos y hay que luchar por ella.

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