Escenario

Kyzza Terrazas rinde homenaje a la libertad del hip hop en México

El documental Somos Lengua del realizador mexicano se estrenó este fin de semana en las salas de cine nacionales

Somos Lengua, fragmentos del Hip-Hop en México
Somos Lengua, fragmentos del Hip-Hop en México Somos Lengua, fragmentos del Hip-Hop en México (La Crónica de Hoy)

La calle es de quien conoce sus códigos. De los que encuentran su propia voz en la cacofonía de la ciudad. El documental Somos Lengua de Kyzza Terrazas es un homenaje a todos aquellos que encontraron en la exploración de la palabra una formula para liberarse del silencio: el hip hop.

Ciertamente no se trata de un recorrido histórico o geográfico de esta cultura urbana y de cómo se expandió por el país, es más bien un retrato íntimo de quienes practican este “canto que sale del coraza” –  palabras de Giro, uno de los raperos protagonistas de la cinta- y de cómo a partir de ello genera cambios internos que remiten a lo colectivo: “Esta práctica habla del poder del lenguaje y  cómo a través del lenguaje podemos reflexionar sobre el lugar en donde estamos, percibirlo, reflexionarlo y a partir de esto, transformarlo”, aseguró el director Kyzza Terrazas en entrevista.

El gusto y el interés por el rap y el hip hop persiguen al realizador desde la infancia. Para él, al igual que los protagonistas de la cinta, este género musical, poético y revelador de la realidad inmediata se trata de una forma de vida. Melómano, escritor, cineasta, apasionado y sensible ante las exploraciones visuales y su poder para comunicar, el joven realizador Kyzza Terrazas nació en Nairobi, Kenia, y creció en Tepoztlán, Morelos. Estudió Filosofía y Letras en la UNAM y la maestría en cine en la Universidad de Columbia en Nueva York y actualmente vive en la Ciudad de México y confiesa sentir complejo de papá pulpo.

“Yo tuve un gusto por el rap desde que era niño. Para mí es música que viene de una cultura que he sentido muy cercana porque se trata de una actitud callejera que siempre me llamó la atención. Mantuve la idea de hacer algo con el rap desde la ficción, sin embargo, cuando comencé a investigar y contraté a Feli Dávalos, investigador de la película, quien conoce muy bien el hip hop y particularmente el de México, me empezó a mandar información, videos y cuando yo las vi, me dije no hace falta una ficción, hay que documentar esto desde el cine”, comenta.

Y así, Somos Lengua  nos lleva a recorrer la historia de raperos y hip hoperos pertenecientes al estado de Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Aguascalientes y la Ciudad de México,  hombres y mujeres que encontraron en el beat y en el escenario una forma de libertad: “Para ellos esta práctica se trata de una realidad inmediata. No se trata  de una cosa de la cual entras y sales. No. Es un 24/7 y quien esté dentro de esta cultura te lo puede reafirmar. Es una entrega absoluta, un espacio de expresión, de libertad, de desarrollo humano. Ya sea por la parte afectiva, por la camiseta, ya sea por el graffiti, por la música, por el rap, por el baile o por trabajo. Aquí el punto es  hacer del hip hop tu vida”, dijo.

Bien sabemos que el rap no suena suave. Es un ritmo que grita. Qué sale del barrio y para el barrio. Se trata de disparar balas con palabras. Suena fuerte y es como bien lo dice Manotas en la cinta, “es encontrar tu voz, encontrar a gente como nosotros que no somos músicos, que no sabemos tocar un instrumento, que si me pides que vocalice o que tenga nociones de solfeo, pues no tengo ni putas madres idea de como tengo que cantar. La neta yo lo único que sé hacer es vivir y rapeo como Dios me dio a entender”. Y aunque el uso de groserías y manera tan explicita de cantar, para muchos esta actividad puede ser violenta o vulgar:

“El que diga palabras altisonantes no quiere decir que no sea noble. De hecho es más noble de lo que se escucha generalmente en la radio o en los programas de Televisa o TV Azteca. Eso no es noble porque es una industria falsa que comete serie de arbitrariedades, que crea prejuicios. Estos jóvenes están expresándose de forma libre, sin esperar nada o que les paguen por ello. Lo que está diciendo es decir ¡aquí estoy! Es una cultura y una práctica que justamente retrata las cosas como son, no de adornarlas, no de esconderlas y por eso es explícito. Parte de la cultura del hip hop es hablar de todas las cosas con toda su crudeza y así lo ha sido siempre desde que nació en el Bronx en los Estados Unidos”, refuerza el director.

También es cierto que esta cultura urbana bien se relaciona con la violencia, drogas y crimen, y claramente lo podemos observar en el documental. Sin embargo, lejos de estigmatizar y alimentar prejuicios, Somos Lengua busca sembrar la necesidad de tener otra mirada:

“Es un genero musical pero no se acaba ahí. También es un activismo. El caso del hip hop y el rap es una música que surge de la necesidad de decir una serie de cosas diferentes y aunque no sea literalmente político o directamente activista siempre su actitud es contestataria y su actitud tiene que ver con una visión diferente a la del status quo. El estigma es algo cabrón y tiene una razón de estar ahí. Porque es una actividad que vive de condiciones sociales duras, pero también es una actividad en contra de sí misma, porque a pesar de que canta sobre ello es una forma de alejar a los demás de no caer en el crimen. Es una actividad recreativa”, expresó.

Somos Lengua se estrenó en salas comerciales este viernes 10 de noviembre. Cabe destacar que este documental que reúne los testimonios de hombres y mujeres de la escena del rap y hip hop en México es un gran trabajo colectivo: bajo la producción de Carlos Sosa y Laura Imperiale, con investigación de Feli Dávalos, una maravillosa fotografía de Alberto Anaya Adalid e Israel Cárdenas y divertida animación a cargo de Álvaro Verduzco, por mencionar algunos.

Kyzza Terrazas finalizó: “El arte o las prácticas artísticas son siempre importantes para cualquier persona. Tenemos un Estado que provee de una educación homogeneizada y  conservadora que evita hablar de ciertas cosas. Que no trata de formar seres humanos libres, sino que intenta imponer una serie de visiones del mundo. Existen cosas por fortuna como el hip hop en las que el estado no tiene nada que ver y que justamente proveen a los jóvenes de herramientas diferentes”.

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