
La industria de la moda anda de luto por el fallecimiento de un ícono de la alta costura, el creador francés, Hubert Givenchy, quien falleció el sábado 10 de marzo del año en curso; sin embargo, la noticia fue difundida ayer, a través de un comunicado emitido por la familia del modista.
“Monsieur De Givenchy se apagó mientras dormía el sábado 10 de marzo de 2018. Sus sobrinos y sobrinas comparten su dolor. Las exequias se celebrarán en la más estricta intimidad”, señala el comunicado.
Además de ser uno de los pioneros de la eclosión en la década de los cincuenta del prêt-à-porter (confeccionamiento de prendas por tallas adaptables para todo tipo de cuerpo) de alta gama, Givenchy revolucionó la industria de la moda como la conocemos ahora, con el lema: “el vestido debe acomodarse al cuerpo de la mujer, no el cuerpo de la mujer a las formas del vestido”; esto cambió el paradigma sobre la concepción que tenía la industria de aquel tiempo sobre el cuerpo femenino.
A lo largo de su trayectoria realizó diseños para personalidades como Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor, Jacqueline Kennedy y Grace Kelly.
“Francia pierde a un maestro de la elegancia, la creación, la invención. Un maestro de su cultura y embajador de un espíritu de libertad y audacia. Es gracias a este tipo de artistas que nuestro país brilla en el mundo. La figura de Givenchy perdurará mucho tiempo”, dijo en un comunicado divulgado por el Elíseo el presidente francés, Emmanuel Macron.
Nacido el 21 de febrero de 1927, en el seno de una familia aristocrática en Beauvais, al noroeste de París, y nieto del dueño de una fábrica de tapices, en 1944 se trasladó a París para estudiar en la École des Beaux-Arts con modistos como Robert Piguet y Elsa Schuaparelli.
Tras comenzar a trabajar como aprendiz en los talleres de Jaques Fath, en 1952 abrió la Maison Givenchy, su primer taller en la capital francesa, y poco después conoció al modisto español Cristóbal Balenciaga, quien se convirtió en una gran influencia a lo largo de su trayectoria.
También en aquella época conoció a la actriz Audrey Hepburn, durante las pruebas de vestuario de la película Sabrina (1954) del director Billy Wilder; quien más tarde se convirtió en su musa.
En 1954 presentó su primera colección prêt-à-porter; término que al español se traduciría como “listo para llevar”, el cual se refiere a la producción de prendas en serie hechas para cumplir la demanda, es decir, la ropa informal utilizada de manera cotidiana; sin embargo, Hubert añadió la cualidad de elegancia y calidad a la colección.
Para 1957 incursionó en el mundo de las fragancias, con el lanzamiento de su primer perfume, L’interdit.
Más tarde, en 1973, se inició en la vestimenta masculina tras inaugurar la colección “Gentleman Givenchy”. Hasta que en 1988 vendió su marca al grupo Louis Vuitton (LVMH), donde trabajó como director creativo.
22 años después, presentó sus últimas colecciones de alta costura y prêt-à-porter, para luego retirarse de las pasarelas, donde le sustituyó el británico John Galliano; aunque siguió apareciendo de manera puntual en citas y conferencias de moda.
En junio de 2013, diseñó el uniforme de las cantantes del Orfeón Donostiarra, una prenda compuesta por una túnica en negro con un gran lazo en rosa, dos de los colores procedentes de la influencia de Cristóbal Balenciaga.
Al margen de su labor profesional como costurero, en 1994 fue presidente de la Asociación Promotora de la Fundación Cristóbal Balenciaga y fue impulsor de la creación del Museo Balenciaga, fundado en 2011. Ese mismo año fue galardonado por el Gobierno español con la Orden de las Artes y las Letras.
Llegó a un acuerdo con el Museo Thyssen-Bornemisza para exponer a partir del 22 de octubre de 2014 una colección de 100 de sus mejores diseños.
La familia indicó que “en lugar de flores y coronas” el artista “habría preferido una donación a UNICEF en su memoria”. Y con 91 años de edad, un legado que impactó al mundo de la moda y la consolidación artística hecha empresa, falleció el “gentleman francés de libro”, Hubert Givenchy. Descanse en paz.
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