Opinión

“La arquitectura y la ciudad post-Covid”, un texto del arquitecto Felipe Leal*

El arquitecto miembro de El Colegio Nacional escribe sobre algunos detalles del ciclo que está por iniciar en la institución

El Colegio Nacional
El Colegio Nacional El Colegio Nacional (La Crónica de Hoy)

El próximo miércoles 7 de julio en El Colegio Nacional se inicia un ciclo de siete sesiones, en los cuales diversos especialistas, arquitectos, paisajistas, antropólogos, ambientalistas, físicos e historiadores analizarán los efectos que la pandemia dejará en nuestros espacios habitables y urbanos.

La pandemia nos ha afectado mucho más allá de lo que imaginamos, hemos visto transformaciones ante todo en nuestra vida doméstica. El “quédate en casa” nos orilló a que el hogar se convirtiera en escuela, oficina, gimnasio y recipiente de múltiples actividades.

Ciertos habitantes urbanos ya trabajaban esporádicamente o realizaban algunos estudios en casa, mas no con el rigor que en nuestros días se experimenta como el tele-trabajo o la educación a distancia. Estamos viviendo una transformación radical que no resulta tan evidente al carecer de visibilidad, contrario a lo que sucede en el espacio exterior.

En los abiertos y amplios espacios se percibe una sensible disminución en el uso algunas infraestructuras urbanas, duele mucho ver lugares como universidades, escuelas, oficinas, teatros y cines vacíos. Quizá el mayor impacto se ha presentado en los recintos para la educación, en todos sus niveles.

Existen zonas de la ciudad que se observan pasmadas, semi- abandonadas, diversos servicios están suspendidos o a fuego lento. La vida social, las relaciones de trabajo interpersonales se han modificado sustancialmente, también se presentan cambios en la movilidad urbana, se observa una mayor presencia de bicicletas y motocicletas en calles y avenidas, así como lo atractivo que resulta el traslado de forma peatonal y al aire libre.

Tales modificaciones en el ámbito de la cultura citadina darán pie y materia a antropólogos urbanos para analizar los cambios en los hábitos, costumbres y conductas comunitarias.

A la par, la actual crisis sanitaria ha generado una conciencia en que deseamos habitar en lugares más sanos, mejor ventilados y con mayor iluminación natural, anhelamos luz, aire y sol. También tendremos que habitar ámbitos más flexibles, polifuncionales, donde el comedor pueda ser escritorio de oficina o mesa de trabajo de la escuela, o la sala pueda ser una aula, y la cocina un laboratorio y la recámara un gimnasio o estudio.

La pandemia nos ha hecho descubrir y explotar el potencial de la flexibilidad doméstica, sin duda, algunas de estas prácticas permanecerán y la realidad no será como antes, transitaremos hacia una serie de actividades híbridas entre lo doméstico y lo urbano.

Qué decir de la movilidad en las ciudades, también cambiará, seremos más selectivos al considerar si un traslado es necesarios o no, y más conscientes en el aprovechamiento de nuestro tiempo. Se nos han impuesto nuevos recursos tecnológicos casi por obligación, al posibilitar el permanecer activos en nuestras labores u obligaciones, hecho palpable en la paulatina transformación de nuestro actuar cotidiano.

El espacio público será otro punto sensible y recobrará una mayor importancia, la calidad del mismo y su oferta, tenderá a hacer más ordenado y atractivo para invitar a los usuarios a pasar más tiempo en él y al aire libre, generando con ello una práctica de higiene, de recreación comunitaria al salir a caminar o estar en espacios a cielo abierto.

En este ciclo surgirán muchas preguntas, al abordar temas como los del cómo habitar y cómo vivir la ciudad post-Covid, otro como el de la importancia de la luz natural en la arquitectura, uno más sobre la adecuada y urgente relación entre la naturaleza y la arquitectura; tampoco estará ausente la pertinencia de ligar el diseño utilitario con la arquitectura, ya que sin duda surgirán una serie de dispositivos y artefactos para la higiene, por ejemplo; purificadores, filtros, sensores, y otros para la creación de espacios saludables. Los planes y proyectos que están en elaboración en otras latitudes o ciudades del mundo también serán fruto para analizar qué plantean en cuanto a los temas de energías renovables, movilidad urbana y aprovechamiento de los recursos naturales y calidad de vida en las ciudades.

Los temas anteriores convergerán en un punto de partida para permitir que diferentes enfoques estimulen una visión de ciudad creativa; creativa para fomentar que sus habitantes, se trate de ciudadanos comunes o profesionales, propongan nuevas formas de convivir saludablemente.

Para lograr este objetivo se requerirá establecer liderazgos mediante un esquema mixto y participativo que articule a especialistas, profesionales y ciudadanos con autoridades responsables, para plantear acciones viables y congruentes, ya que generalmente los cuerpos técnicos o administrativos desvinculados de la sociedad presentan proyectos irrealizables, en suma, habrá que basarse en el sentido común para distinguir entre lo deseable y lo posible.

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