Escenario

La artesanía del teatro nace en el camerino

La historia del teatro en México, no se puede contar sin Ignacio López Tarso, es el pilar del teatro mexicano. Trabajar hoy con él, después de más de 150 obras que él ha representado, es una fortuna”: Daniel Gómez Casanova.

(La Crónica de Hoy)

"El camerino es el lugar más importante para el actor", mencionó la leyenda de la actuación Ignacio López Tarso, durante el encuentro que tuvo con los medios para hablar sobre Una vida en el teatro, la puesta en escena en la que nuevamente comparte escenario con su hijo, el actor Juan Ignacio Aranda, bajo la dirección de Salvador Garcini.

“Se trata de mostrar la vida en todas sus etapas, a través de la historia, de los diferentes géneros teatrales y temáticos. Pero hasta cierto punto refleja lo que Ignacio López Tarso ha creado; hay una síntesis de algunas de las obras que ha protagonizado y realizado”, señaló Garcini.

En octubre del año pasado, Daniel Gómez Casanova se acercó con la propuesta, específicamente a López Tarso y a Ignacio Aranda, con la adaptación del texto del dramaturgo estadunidense ­David Mamet.

“Parece que de verdad escribió una obra para mi padre y para mí, es increíble porque habla de mi vida prácticamente, me siento muy identificado con el personaje que (irónicamente) también se llama Juan, es un personaje precioso, lleno de matices. Nunca lo hemos fijado, pero podrían ser 15 o 20 años en la vida de este joven actor, desde que entra a la compañía donde don Roberto (López Tarso), ya es un actor consagrado”, indicó Aranda.

La puesta en escena entrelaza las historias de dos actores que pertenecen a distintas generaciones, quienes intiman y evolucionan juntos, compartiendo una herencia no sólo teatral, sino de vida, a través de la cual proyectan la relevancia del teatro para cada individuo dentro de cualquier sociedad. 

“El público apenas lo conoce, los compañeros lo ven con una gran naturalidad, pero el camerino es un lugar muy importante donde se realiza esa reconstrucción diaria que es fundamental en la vida del actor. La vida diaria no cesa, está constantemente en movimiento, presentando cambios en el carácter, en el humor, en la salud y de todo esto depende el actor. En el camerino tienes un momento íntimo donde realizar la reconstrucción diaria de tu personaje, donde lo revisas con una minuciosidad, desde el vestuario hasta su interior”, enfatizó Ignacio López Tarso. 

Ambos actores interpretan a cinco personajes distintos cada uno, destacando el histrionismo de Ignacio López Tarso, quien a sus 94 años de edad, aprovecha para celebrar 70 años de trayectoria artística, compartiendo el escenario con su hijo, que aunque no es la primera vez que participan en la misma producción –han trabajado juntos en obras como: El Alcalde de Zalamea, El Villano en su Rincón, Drácula, Un Conejo Llamado Harvey, Bartolomé de las Casas, Macario, por mencionar algunas–, reconoce que es la oportunidad que había esperado.

“Estoy muy contento porque el próximo viernes se va a cumplir un deseo que tenía desde hace muchos años, estar en una obra con Juan Ignacio. Tenemos como ocho o nueve obras que hemos realizado juntos, pero nunca habíamos estado solos, que era lo que yo deseaba”, aseguró el Primer Actor.

“Ambos crean una química muy atractiva arriba del escenario, son casi hipnóticos, no puedes dejar de apreciar lo que están haciendo y al mismo tiempo te llevan por diferentes emociones respecto a lo que se siente estar vivo, y de lo triste que sería no tener teatro. Una Vida en el Teatro se trata de lo fundamental que es, sin el teatro nuestra existencia se minimiza, se vuelve inferior, no tiene cualidades esenciales, espirituales o morales”, indicó Salvador Garcini.

Respecto a la herencia del teatro en México, Garcini comentó: “El cambio de hace 20 años a ahorita, es el cambio del público, de la sociedad, de las leyes, de la seguridad o la inseguridad. El teatro se mueve según se mueve nuestro país. Lo que hace falta ahora, que somos más personas, es una convocatoria mayor para que la gente asista al teatro”, destacó.

Albergado por la historia del mismo Teatro San Jerónimo Independencia, donde iniciará temporada el próximo viernes 12 de julio –con funciones los viernes y sábados–, reflexionó: “Este teatro fue construido como un centro de salud, Benito Coquet, creador de los teatros del Seguro Social, que puso a la mayoría cerca de los centros, comprobó que un pueblo que asiste al teatro, se enferma menos. Salud es cultura, por eso apostaron por el teatro, porque la salud emocional es la parte fundamental de la salud física”.

“El público de hoy es un público que trasciende. Que no solamente mira sino que comparte con nosotros, que se sube al escenario emocionalmente, que comprendió profundamente el significado de un sentimiento, porque explicar un sentimiento es muy difícil, por eso el actor crea la circunstancia que vuelva visible lo invisible”.

Finalmente, respecto a los retos que presenta la industria del teatro actualmente, el productor Daniel Gómez Casanova destacó: “El teatro no se puede piratear, es una experiencia que se comparte entre el actor y el público en vivo, la evolución también viene de la competencia, hay muchas más actividades que la gente puede hacer desde su casa, viendo Netflix, contra la experiencia de venir al teatro. Como productor mi labor es encontrar textos atractivos como éste”.

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