
La banda colombo-belga, surgida en 2011, llega a México para presentarse hoy en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas durante la edición del Festival Internacional Cervantino 2018; y aprovechando su paso por el país, llevarán su Despegue Tour a otras ciudades.
A propósito del lanzamiento de su tercera producción discográfica titulada Despegue —producida por Iván Benavides—, a finales del 2017; la multicultural agrupación integrada por los colombianos Rafael Espinel, Natalia Gantiva y Felipe Deckers; el vietnamita Tuan Ho Duc; el chileno Jose Buc Chavez y el belga Martin Mereau; iniciará su gira este viernes en Guanajuato para seguir por Aguascalientes, San Luis Potosí, Guadalajara y Saltillo.
“Es un disco que hicimos con las tripas y son muchos sentimientos, La Chiva Gantiva es una agrupación que no busca etiquetas. Somos un grupo muy hiperactivo, nos movemos mucho, desde que nacimos quisimos conocer el mundo y eso es lo que hacemos; más allá de crear etiquetas o géneros, de verdad la estamos pasando muy bien y este disco creo yo que refleja eso”, explicó Rafael Espinel a Crónica.
Agregó: “La gente nos había tomado mucho por el lado folclórico y con este disco nos salimos un poco de ese lado, justo para hacer esa contraparte porque creemos que el mundo no es una sola cosa y somos artistas que reflejamos lo que vivimos, lo que vivimos en un tiempo y en un espacio.
A este material le anteceden los discos Pelao (2012) y Vivo (2014): “Es un álbum muy diferente a los dos anteriores, más oscuro desde la carátula, pero no es por eso que no tenga su luz; tiene canciones más lentas y de amor; nos llevó a experimentar diferentes cosas. Por otro lado, en vivo es muy diferente a lo que está en el disco, trabajamos en ello porque siempre buscamos estar en contacto con el público y de descargarnos arriba del escenario”, describió.
El disco cuenta con los sencillos “El ritmo lo llevo yo” y “Cuero”, los cuales son una invitación a disfrutar de la vida y del momento presente: “Creemos que el mundo es ahora, hay que vivirlo día a día y no hay que irse con fatalidades, siento yo” dijo.
Por su parte, la percusionista Natalia Gantiva define la esencia y el sonido del álbum de la siguiente manera: “La importancia de estar unidos y respetarnos… Este disco es el resultado del aprendizaje de los dos discos anteriores, de nuestros caminos individuales y de los caminos juntos, las giras por el planeta, las experiencias. Tiene la fuerza del rock, lo contestatario del punk, y lo real de lo urbano y tiene del folclor; el espíritu de lo indígena, de nuestros ancestros, de la tierra, se percibe en algunos de los tracks un trance”, menciona a través de un boletín de prensa.
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