Escenario

La obra que sale mal, un cómico homenaje al arte de hacer teatro

El éxito de la puesta en escena la ha llevado a la incógnita sobre cuándo va a concluir su actual temporada

La importancia de llamarse Ernesto
La importancia de llamarse Ernesto La importancia de llamarse Ernesto (La Crónica de Hoy)

Ganadora como Mejor Comedia del Año en los Premios Olivier 2015, Mejor Escenografía Tony Awards 2017 y Mejor Obra en los Broadway Audience Choice Award, La obra que sale mal es un clásico de misterio lleno de infortunios.

Esta puesta en escena se mantiene en cartelera y continuará aún en Semana Santa, en el Centro Cultural Teatro II, en la que “aún no hay fecha de término, ya que estos días hemos tenido mucha audiencia y es que de verdad que es un juego bastante interesante. El teatro se vive en todo su esplendor y así es como las cosas a veces pueden salir mal”, expresó el actor Daniel Ortiz, en entrevista con Crónica.

Una propuesta en la que se enfrenta al reto de hacer tres personajes, “eso nos permite a nosotros como actores el hacer funciones distintas, y es una de las características del teatro, que ninguna función es igual a la otra. La gente no va a parar de reír, pero siempre llevándose algo bueno dentro de tanta risa, en estos tiempos que estamos viviendo, creo que la risa es la mejor forma de poder tomar las cosas”, mencionó.

Es un montaje que fue creado con la intención de que el público pueda tener siempre una sonrisa en el rostro, ya que la intención de una puesta en escena bien hecha, no existe, se verá estropeada por lo más mínimo, juegos del destino que hacen que el teatro represente justamente esa parte tangible.

Desde errores del texto, utilería defectuosa, escenografía que se cae, accidentes en escena, hasta el ­director/actor histérico, la actriz so­breactuada, el actor que no puede evitar interactuar con el público y el actor que no se aprendió sus líneas y tiene pésima dicción.

“Es un juego muy interesante entre lo que se cuenta, y lo que cada uno de los actores vivimos en escena, nos gusta que no necesariamente se tiene que caer en los chistes típicos o en querer hacer reír a la gente forzadamente, ya que la risa también tiene un sentido para no caer en algo tan malo, aquí todo lo hacemos hasta cierto punto espontáneo, porque la obra se presta a ese juego”, explicó.

Escrita por Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields, La obra que sale mal es toda una experiencia de comedia. Desde el inicio, hasta antes de la tercera llamada, se ve al staff corriendo de un lado para otro, ajustando detalles en la escenografía para que todo salga bien; sin embargo, todo saldrá grandiosamente mal. Puertas que no se mantienen cerradas, tablas del piso que no quedaron bien fijas y un sinfín de detalles son los que constituyen la escenografía de El asesinato en la mansión Haversham.

A la par que los personajes descifran las pistas para desenmascarar al asesino de dicho drama, los errores aparecen en forma de entradas a destiempo, diálogos olvidados, desmayos, golpes y fallas de audio. Todo esto se convierte en una especie de homenaje satírico a los aciertos y equivocaciones que suceden tras bambalinas durante cualquier puesta en escena.

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