Cultura

Los seres humanos estamos siempre en construcción, señala Gilma Luque

La escritora presenta su novela Obra negra, la historia de una adolescente que vive la incertidumbre del amor y el temor por la próxima muerte de su madre

(La Crónica de Hoy)

La descripción del crecimiento urbano en la Unidad Santa Fe de la Ciudad de México durante los años 80 y 90 del siglo pasado, así como la historia de una adolescente que vive la incertidumbre del amor y el temor de cuánto tiempo vivirá su madre que padece una enfermedad terminal, son parte del argumento de la novela Obra negra, de Gilma Luque (Ciudad de México, 1977), en donde también el mito de Sísifo y la tragedia de Edipo están presentes.

¿Por qué hablar de la incertidumbre?, se le pregunta a la autora. “Todo parte del punto de vista de la narradora en distintos tiempos, en la infancia, adolescencia y juventud. Obra negra es la analogía de que las personas estamos en construcción. Hay una frase de Jean-Paul Sartre: ‘el amor es el proyecto de hacerse amar’, entonces estamos proyectando y construyéndonos todo el tiempo, eso nos convierte en seres inacabados, en obras negras”, responde.

La novela editada por Almadía que se presentará el próximo 29 de septiembre en el Centro Horizontal, ubicado en Colima 378 en la colonia Roma, también tiene como personajes la ciudad y el tiempo.

“La Unidad Habitacional de Santa Fe es el lugar donde vive la protagonista y también es un personaje que funciona en un constante devenir porque la historia transcurre en un tiempo de 20 años, los años 80 y 90 del siglo pasado, en ese tiempo va cambiando todo el alrededor de la unidad habitacional, al igual que la perspectiva de la adolescente y por eso está el afán de la descripción en todos los capítulos”, comenta la autora.

La incertidumbre eje en la historia es la enfermedad de la madre y, añade Luque, es otra representación de obra negra la vida, es la analogía del deterioro, de la decadencia. “Eso es muy notorio en la madre, cómo va perdiendo fuerzas o va necesitando otros elementos: el bastón, la andadera, la silla de ruedas…yo quería que se viera el cambio en la vida de mis personajes pero también el cambio en la unidad que era propiedad del ISSSTE pero después se vende e inician grandes construcciones alrededor”.

La Unidad Santa Fe, explica la autora, es el lugar donde ella creció, “la conozco bien y mi hermano hizo en algún momento fotografías de la unidad registrando la transformación tan clara, por eso me pareció interesante pensar en la unidad con muchas casas en obra negra porque no se contrataron arquitectos para edificarlas, se construyen como pudieron las personas, en ese sentido es una unidad variopinta”.

¿Por qué mencionar en cada capítulo a los mitos griegos?

—Hablo de Platón, Edipo y Sísifo porque tienen que ver la personalidad trágica de la protagonista, su historia es trágica por la enfermedad y muerte de su madre, pero tienen que ver con la forma de ser de la niña. Independientemente de lo que ella haga: mudarse de ciudad o refugiarse en el amor, va a tener que vivir con la enfermedad, la muerte, el deterioro de la familia y el deterioro de la ciudad. Pienso que es una historia que le puede pasar a cualquiera porque estamos viviendo deterioros y no podemos evitarlos.

“Por ejemplo, en el temblor de 1985 que también aparece en la novela, las casas se caen porque no están bien construidas, se colapsan, un día ya no existen, entonces ahí están los riesgos. Es decir, Edipo haga lo que haga va a llegar a donde tiene que llegar, el destino griego es interesante porque mientras llegas a tu fin, haces muchas cosas para que sea distinto y es donde existe la libertad, pero sí hay algo que va a pasar, sucederá”, responde.

Los protagonistas de la novela son como Edipo, agrega Gilma Luque, intentan otro camino, pero al final, “llegas al lugar donde tienes que llegar. Lo único que era cierto era que la madre iba a morir porque la enfermedad es incurable”.

En la novela, la autora también describe poblados de Oaxaca y Morelia, zonas a donde la protagonista huye en busca de nuevos sitios para empezar su vida. “Yo iba a esos pueblos cuando era niña con mi papá quien estaba haciendo en ese momento una tesis sobre monumentos históricos. Íbamos a diferentes lugares a ver iglesias viejas, toda mi infancia pasó alrededor de las construcciones porque mi papá es arquitecto”.

Sobre los pueblos oaxaqueños de Ixtlahuaca o Ayotla, indica que los incluyó porque no están terminados, “estaban siempre en una transición del progreso, en construcción, con la idea de casas viejas de adobe a las que les empiezan a poner cemento”.

Por último, Luque adelanta que trabaja en un libro de cuentos sobre la Unidad Santa Fe. “Fue construida por Mario Pani en los años 50 del siglo pasado, son unidades que tenían la idea del progreso social, porque incluyeron un teatro, una clínica, primarias y dos guarderías; es una pequeña ciudad. Será un libro de cuentos sobre la unidad y con personajes de la Unidad Santa Fe”, señala.

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