Bienestar

Marcapasos, mejorando el ritmo del corazón

El marcapasos es un pequeño dispositivo que percibe cuándo el corazón está latiendo irregularmente o en forma muy lenta y envía una señal al corazón para provocar latidos al ritmo correcto.

Implante de un marcapasos cardíaco
Implante de un marcapasos cardíaco Implante de un marcapasos cardíaco (La Crónica de Hoy)

Cuando un impulso eléctrico llega tanto a la aurícula derecha como izquierda, se contraen y expulsan la sangre a los ventrículos. Después de un retraso de una fracción de segundo para permitir que estos se llenen, el impulso llega a los ventrículos, lo que los hace contraerse y bombear la sangre al resto del cuerpo.

Para que el corazón funcione correctamente, las cámaras del corazón deben trabajar de manera coordinada.  Los movimientos o latidos del corazón tienen dos etapas o momentos, llamados sístole y diástole. Sístole es la fase de contracción del corazón, donde la sangre es bombeada a los vasos y diástole es la fase de relajación, que permite que la sangre entre en el corazón. En un adulto normal, el promedio de la presión sistólica es de 120 milímetros de mercurio (mmHg), mientras que la diastólica es de 80 mmHg.

Las contracciones son conocidas como latidos y el paso de la sangre por las arterias, se percibe en el pulso, en los lugares superficiales del cuerpo donde se puede palpar (muñecas de las manos, cuello, sien, rodilla, ingle, curva interior del codo y pies).

Pero a veces por problemas de funcionamiento el sistema eléctrico o “marcapasos”' natural del corazón puede dañarse y hacer que los impulsos no se generen con suficiente rapidez o se produzcan retrasos o bloqueos en el sistema de conducción, manifestándose por un menor número de latidos normales y pulso lento, lo que es conocido como bradicardia,  problema que puede presentarse de forma ocasional o ser permanente.

Entre las razones por las que alguien puede necesitar un marcapasos, están las arritmias; por la edad, ya que el envejecimiento normal del corazón puede alterar la frecuencia cardíaca; por haber sufrido un ataque cardíaco que haya dañado el músculo cardíaco; por el consumo de algunos medicamentos o por padecer algunas enfermedades genéticas.

Consisten en un pequeño dispositivo llamado generador, de unos cuatro centímetros de diámetro y unos milímetros de grosor, que contiene un pequeño circuito eléctrico y una pila que le suministra la energía. Al generador se conectan de uno a tres cables muy finos, llamados electrodos, que se colocan en las cavidades del corazón. Los electrodos tienen la capacidad de percibir o detectar los latidos propios y de transmitir las descargas del generador que estimulan el corazón cuando hace falta.

Para poner un marcapasos es necesaria una intervención quirúrgica que se suele hacer con anestesia local, con el paciente despierto. La operación dura una o dos horas, pero el tiempo es variable en cada enfermo. Como cualquier intervención quirúrgica puede tener complicaciones, pero son muy poco frecuentes.

El generador se implanta habitualmente en el tórax, debajo de la piel, justo debajo de una de las clavículas y, a veces, en el abdomen. Los cables se colocan por una vena a través de la cual llegan al corazón.

Después de la implantación y casi de inmediato, la persona a la que se le colocó el marcapasos puede hacer una vida normal e incluso más activa que antes, si estaba limitada por los síntomas.

Una vez colocado, el marcapasos se puede ajustar, revisar y programar en las mejores condiciones desde el exterior del paciente, mediante un ordenador llamado programador.

Es importante evitar golpes, movimientos bruscos, rozaduras o cualquier actividad que pueda dañar localmente el dispositivo.

La batería de los marcapasos puede durar entre cinco y diez años, dependiendo de sus características y de la utilización permanente o intermitente que precise el paciente. Se va agotando de forma gradual, lo que se detecta en las revisiones periódicas, por lo que da tiempo a programar el recambio. Para hacer esta sustitución es necesario operar de nuevo, pero sólo se cambia el generador, los cables se mantienen, a no ser que se haya detectado algún fallo en los mismos. Esta intervención es similar a la primera pero más sencilla y corta.

Los marcapasos están protegidos contra interferencias externas y permiten utilizar sin riesgo la mayoría de los aparatos eléctricos de uso común. Solamente pueden afectarse ante campos electromagnéticos fuertes que se utilizan en algunos trabajos especiales y en determinadas pruebas y tratamientos médicos como la resonancia magnética, por lo que siempre se debe comentar sobre su uso ante cualquier necesidad de estudio médico.

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