
En el siglo XIX hubo un intercambio de artistas italianos y mexicanos a través de la Academia de San Luca, ubicada en Roma, y la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México, es por ello que para difundir el trabajo de esos creadores decimonónicos, el Museo Nacional de San Carlos expone 93 de sus obras en la muestra Roma en México/ México en Roma: las academias de arte entre Europa y el Nuevo Mundo (1843-1867) a partir de mañana.
La exposición incluye a pintores y escultores como Tomás Pérez, Primitivo Miranda, Tiburcio Sánchez y Epitacio Calvo, Juan Cordero, así como al catalán Pelegrín Clavé, quien dirigió durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna la reapertura de la Academia de San Carlos, fomentando la creación desde la temática histórica y de paisaje.
“Anunciamos la última exposición internacional de este año y de esta administración. La muestra habla de aquellos artistas del siglo XIX que fueron a Italia y que a su regreso, sus obras tuvieron la influencia de los modelos europeos porque éstos regían la estética del siglo XIX”, señaló la directora del museo, Carmen Gaitán.
También resaltó que los artistas que fueron becados y que pudieron transitar de México hacia Europa “trataban de quedarse más tiempo y gracias a ello, la mezcla es muy interesante porque tenemos los rasgos académicos muy acentuados de Europa, pero la nacionalidad mexicana también se impone”.
Antes de que los curadores Stefano Cracolici, de la Universidad de Durham en Inglaterra, y la profesora Giovanna Capitelli, de la Universidad de Calabria en Italia, explicaran el guion curatorial, Carmen Gaitán expresó su felicidad por el nombramiento de Lucina Jiménez al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
“Damos la bienvenida al gobierno, estamos muy expectantes, muy contentos, con esperanza de poder servir y hacer muchas aportaciones con la trayectoria que todos tenemos. El Museo Nacional de San Carlos es el tercer museo más visitado, hace seis años estaba en el rango de pocas visitas”, dijo.
“En ese entonces se dio la instrucción de que el dinero recaudado por la Lotería constituyera los fondos para la reactivación de la Academia de San Carlos que permaneció cerrada de 1821 a 1824 y volvió a abrir sus puertas en 1843”, dijo.
La exposición, añadió, habla de relaciones binacionales porque en el siglo XIX Roma y Ciudad de México eran dos ciudades similares ya que tenían casi el mismo número de habitantes, 170 mil, y compartían una riqueza histórica milenaria.
“Además, la exposición quiere contar cómo era el prestigio de Roma en ese momento y cómo a través de ese contacto entre Roma y Ciudad de México se pudo crear un verdadero sistema de las artes en México con una renovada academia y con exposiciones anuales”, comentó.
La curadora Giovanna Capitelli explicó que Roma atraía artistas no sólo por su grandeza sino para copiar obras de las galerías y para poder aprender técnicas como el fresco o mosaico que fue una técnica paleocristiana y la escultura en mármol.
“Exponemos una copia de 1902 de un mosaico que está en la Iglesia de San Clemente, Roma y se puso para mostrar la larga vida de este fenómeno artístico. Después, el público podrá apreciar los modelos que sirvieron en México para retratar el desnudo, traducir en pintura las pasiones y sentimientos, así como establecer la relación entre figura humana y arquitectura”, precisó.
En ese sentido, Capitelli destacó la exhibición de los óleos Episodio del diluvio universal de Francesco Coghetti y El juicio entre la virtud y el vicio de Francesco Podest
La especialista también resaltó las obras de Primitivo Miranda y Juan Cordero, los primeros mexicanos comisionados en viajar a Italia, así como de dos escultores indígenas y mujeres pintoras.
“La Academia de San Carlos permitió el ingreso de los indígenas desde el siglo XVIII, por ejemplo, hubo dos escultores que incluso viajaron a Roma. También la academia mexicana aceptó a las mujeres mucho antes que cualquier academia, incluida la francesa”, detalló.
En la muestra, dijo, también se aborda la creación del retratista Carlo de Paris, figura que “nos legó un rico testimonio de la burguesía mexicana, y a pintores mexicanos de la talla de Salvador Ferrando, José Salomé Pina y Santiago Rebull”.
Por su parte, Stefano Cracolici, destacó la sala titulada La riqueza del pueblo, una sección que exhibe obras realizadas con modelos, “un subgénero pictórico que obtuvo un notable éxito en el mercado internacional del arte y que estuvo bien representado en las exposiciones anuales de la Academia de San Carlos de Ciudad de México”.
También comentó la influencia paisajista que despertó México en Europa gracias al trabajo que los italianos difundieron por medio de su academia, por ejemplo, los paisajes de gran formato de Landesio y pinturas del húngaro romanizado Károly Markó El Viejo.
► La exposición permanecerá hasta el 28 de abril de 2019 en el Museo Nacional de San Carlos, ubicado en Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera, CDMX.
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