Recientemente me encontré en internet que el agua es el futuro para el tema de los combustibles, y por increíble que esto parezca, es verdad.
Estamos acostumbrados a ver que los combustibles se queman y con ello expiden dióxido de carbono, como lo hace la gasolina en un automóvil o el carbón en el puesto de elotes de la esquina. Por lo que a primera vista nos salta que el agua no se puede quemar. Pero la combustión no es otra cosa que oxidar algo con oxígeno, por lo que cuando quemamos el carbón lo estamos realmente mezclando con el oxígeno presente en el aire y con ello obtenemos ese humo negro característico. Para el caso del agua ésta ya está oxidada, basta recordar su fórmula química: H20.
¿Entonces cómo es que el agua es el combustible del futuro? Singularmente aquí tenemos que los vehículos y los hogares de un futuro cercano podrían utilizar el agua como forma de obtener electricidad debido a que las moléculas de agua se pueden ocupar para obtener hidrógeno por medio de una corriente eléctrica. Una vez que tenemos el hidrógeno separado basta con “quemarlo” utilizando el oxígeno presente en el sitio, pero ojo, lo grandioso aquí es que una vez que logramos construir nuevamente la molécula de agua esta nos dará electricidad —como el calor que emana el carbón al ser quemado—, sólo que con la diferencia de que su residuo será vapor de agua y no humo negro.
Por lo tanto, el hidrógeno separado por electricidad limpia como puede ser la obtenida a través de un panel solar o turbina eólica se puede considerar como una pequeña batería que al final sólo bastará conectarla al oxígeno para que funcione, es por ello que es mejor, ya que es menos contaminante y es el futuro para los motores eléctricos y casas.
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