Académicos de la UNAM, encabezados por la bióloga María del Coro Arizmendi, buscan ampliar el proyecto de Jardines Urbanos para Colibríes, el cual inició en la FES Iztacala y se ha reproducido en instituciones de educación media superior de la capital, jardines de niños e incluso asilos para ancianos. En entrevista, la secretaria técnica de la Secretaría de Desarrollo Institucional de la UNAM explica que ampliar estos jardines en la ciudad no sólo le devolvería parte de su hábitat a estos polinizadores, sino que además contribuiría a mejorar la educación y conservación medioambiental.

“El proyecto inició en 2014 en la FES (Facultad de Estudios Superiores) Iztacala, a la par de la publicación del libro Colibríes de México y Norteamérica, una guía de campo para identificar a las 58 especies que hay en el país. En Iztacala pusimos plantas para colibríes y hace algunos meses reacondicionamos e hicimos más grande el jardín. Hay muchos colibríes que llegan, si bien porque el sitio los provee de alimento, porque es un oasis verde entre tantas fábricas que hay alrededor en un lugar muy industrial”.

Por conducto de una de sus alumnas, poco tiempo después se instaló otro más en el Instituto de Educación Media Superior (IEMS) Iztapalapa 4 y posteriormente en campus Tlalpan. “Esperamos que con el nuevo gobierno se replique en otros IEMS porque tienen la voluntad para instalar sus propios jardines. Para los alumnos no sólo es un objeto de recreación, sino además permite que aprendan a identificar a los colibríes, así como a las plantas que polinizan. Es un conducto para que conozcan sobre la biología y conservación del medio ambiente”.

La científica ha tenido solicitudes para asesorar en la instauración de más jardines, no obstante, señala que es un proyecto que se puede replicar con la información necesaria sobre qué plantas y qué condiciones necesitan. Señala que está elaborando un documento de divulgación para que cada interesado pueda instalar su propio jardín.

“El proyecto nos ayudaría a lograr varios propósitos. Por una parte restaurar el hábitat de los colibríes, mejorar la educación ambiental y proporcionarle una actividad recreativa a las personas, que quizá no tienen muchas más opciones. No es tan complicado, en donde pongas una maceta ahí van a llegar los colibrís porque están ávidos de hábitat. Les hemos quitado mucho”.