Cultura

“El zapatismo es un movimiento muy antiguo, no surgió con la Revolución”

Crónica presenta una entrevista con Felipe Ávila, investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), sobre el nacimiento de Emiliano Zapata como caudillo.

La carabina de Zapata
La carabina de Zapata La carabina de Zapata (La Crónica de Hoy)

¿Por qué Emiliano Zapata (1879-1919) se interesó en la lucha agraria? La respuesta remite al reparto de las tierras de Anenecuilco, Morelos, a españoles después de la Conquista de México, y al primer gobernador de Morelos: Francisco Leyva.

Crónica presenta una entrevista con Felipe Ávila, investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), sobre el nacimiento de Emiliano Zapata como caudillo.

LA RESISTENCIA DE ANENECUILCO. “El zapatismo es un movimiento que tiene raíces muy antiguas, no es algo que surgió con la Revolución Mexicana ni con el Plan de San Luis ni con el gobierno de Francisco I. Madero o con el Plan de Ayala. Es una lucha que libró durante muchos años el pueblo de Anenecuilco, lugar donde nació Emiliano Zapata”, señala Felipe Ávila.

Esa lucha, añade, empezó después de la Conquista de México, ya que los colonos españoles y las órdenes mendicantes se apoderaron de las mejores tierras de lo que era el territorio mesoamericano, entre ellas, Anenecuilco, Morelos.

“Fue uno de los lugares que más les atrajo por el clima, por su cercanía con la Ciudad de México pero sobre todo por la fertilidad de la tierra y su alta irrigación”, explica.

Esas condiciones ubicaron la caña de azúcar como el cultivo por excelencia y los españoles al darse cuenta de ello, vieron una rentabilidad comercial que despertó la ambición de los encomenderos y de las órdenes religiosas del Marquesado del Valle.

“Anenecuilco es un pueblo originario de las etnias nahuas, de los Valles Centrales de México, al cual se le respetaron sus derechos antiguos por parte de la Corona Española. La primera defensa de las tierras de Anenecuilco fue contra el Marquesado del Valle, contra los herederos de Hernán Cortés que buscaron arrebatarles sus tierras. Desde esas primeras décadas del siglo XVI Anenecuilco inició su resistencia”, explica Ávila.

Toda la historia de ese lugar durante los siguientes años se resume en la defensa de sus tierras, la mayoría de las veces con poco éxito porque paulatinamente los habitantes originarios perdieron parte de sus tierras, pastos y bosques.

“¿Por qué Zapata defendió con tanto ahínco la tierra?, ¿por qué fue tan persistente?, ¿por qué fue radical?, ¿por qué el Plan de Ayala es un plan de reforma agraria plebeya desde abajo e inmediata en donde los campesinos recuperan la tierra que les pertenece y la defienden con las armas en la mano?”, cuestiona Ávila.

La respuesta, indica el experto, es la propia historia de Anenecuilco.

“Cuando uno ve la historia agraria de Anenecuilco, así como la de los pueblos de Cuernavaca y Cuautla se entiende por qué surgió Emiliano Zapata y por qué el Plan de Ayala representó esa larga lucha centenaria de los pueblos indígenas y comunidades campesinas de esos valles centrales”, puntualiza.

En el caso de Morelos, su primer gobernador fue Francisco Leyva, quien detonaría el inicio del zapatismo.

“Francisco Leyva fue un líder republicano que combatió con los liberales a los conservadores durante la Guerra de Reforma y después, al ejército francés contra la intervención”, indica el historiador y sociólogo Felipe Ávila.

Leyva se convirtió en un adalid de los pueblos, indica el experto, ya que su presencia se tradujo al sinónimo de los pueblos luchando por defender sus tierras en contra de los hacendados españoles.

El primer gobernador se reeligió varias veces hasta que el entonces presidente Porfirio Díaz lo impidió.

“Logró la reelección pero como no era del grupo cercano a Díaz, éste lo obstaculizó y tuvo que dejar el gobierno de Morelos. Leyva permaneció relegado de la política local durante las últimas décadas del siglo XIX y por ello, cuando estalló la revolución maderista inició una insurgencia cívica en Morelos entre 1908 y 1909”, narra.

Esa insurgencia comenzó con la muerte del entonces gobernador morelense Manuel Alarcón, quien fue un gobernador porfirista. Al fallecer se convocaron elecciones justo después de una entrevista que sostuvo Porfirio Díaz con el periodista James Creelman, la cual se publicó en marzo de 1908 en una revista británica y sólo algunos fragmentos en la prensa nacional: El Imparcial, El Diario del Hogar y La Patria de México.

“Había un clima de efervescencia política porque en esa entrevista Díaz dijo que México ya estaba listo para la democracia, que él ya no quería reelegirse, que vería con buenos ojos que se organizaran nuevos partidos políticos y que respetaría el resultado de las elecciones”, comenta Ávila.

Esas declaraciones desataron una tormenta política porque muchos le tomaron la palabra, sobre todo de los sectores de clase media y élites desplazadas. Se crearon clubes políticos y organizaciones sociales.

“Este movimiento que buscó abrir el sistema político y comenzar a construir la democracia en Morelos cristalizó en la candidatura de Patricio Leyva, hijo de Francisco Leyva”, precisa.

Patricio Leyva heredó muchos apoyos de la base social de su padre, es decir, muchos de los que fueron leyvistas en su primera manifestación, respaldaron a Patricio.

“Además, se unieron sectores nuevos y particularmente, campesinos, porque la campaña política de Patricio en 1909 por el gobierno de Morelos fue como una reminiscencia, un reavivamiento de la lucha de su padre”.

Quienes también se unieron fueron líderes locales que después encabezarían el movimiento zapatista: Emiliano Zapata, Pablo Torres Burgos, Otilio Montaño y Genovevo de la O, por mencionar algunos.

“El movimiento leyvista fue la primera escuela política de aprendizaje de Zapata y de quienes lo acompañarían en los años posteriores”, detalla.

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