
El ojo seco es una irregularidad ocular en la que el ojo produce una cantidad de lágrimas insuficientes para mantenerlo húmedo nutrido y lubricado.
Esta falta o inexistencia de la lágrima en el ojo va a suponer un problema ya que la lágrima es la encargada de nutrir, humidificar y lubricar la superficie del ojo.
Entre los factores de riesgo de desarrollar ojo seco, destacan:
Tener alteraciones en la piel, llamadas acné rosácea
Alergias
Tomar algunos medicamentos como antidepresivos, antihistamínicos o anticonceptivos, entre otros.
Cambios hormonales como la menopausia.
Adicción al tabaco.
Abuso de lentes de contacto.
Abusar de la lectura o de dispositivos electrónicos
Edad mayor de 50 años.
Exposición a aires acondicionados o sistemas de calefacción.
Padecer diabetes, lupus, artritis reumatóide o síndrome de Djorgren.
Tener problemas para cerrar los párpados, como la blefaritis.
Haberse sometido a cirugía refractiva con láser.
Estar expuestos a contaminantes ambientales como ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre.
Los principales síntomas del ojo seco, son:
Sequedad ocular, ardor, comezón, enrojecimiento, sensación de tener alguna basura en el ojo, malestar al leer o fijar la mirada, pesadez de párpados, hipersensibilidad a la luz, fatiga visual, ojos llorosos, inflamación y dolor.
Los costos directos e indirectos asociados al Síndrome de Ojo Seco (SOS) constituyen una carga económica sustancial que pagan pacientes, sistemas de salud y empleadores, y ésta es generada por factores como honorarios médicos, terapias farmacológicas, algunas veces procedimientos quirúrgicos, además de los costos relacionados con la pérdida de días laborales aunado a la reducción de la productividad.
Así lo destaca la investigación “La carga económica y humana de la enfermedad del ojo seco en Europa, América del Norte y Asia: una revisión sistemática de la literatura”, publicada por Elsevier en 2015, entre cuyos hallazgos destaca que en los Estados Unidos se estima que esta enfermedad tuvo un costo de 3.8 mil millones de dólares para el pagador y de 55.4 mil millones para la sociedad.
La revisión de 96 artículos sobre la carga económica del Síndrome de Ojo Seco y su impacto en la calidad de vida y la salud del paciente, generados por investigadores de Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido, Estados Unidos, Japón y China en un periodo de 15 años, sugiere que los costos indirectos podrían ser mayores a los directos, debido a una pérdida sustancial de productividad laboral y a un impacto negativo en las funciones físicas y psicológicas del paciente.
En México, según registros del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana, nueve de cada 10 pacientes que se presentan a revisión oftalmológica, padecen Síndrome del Ojo Seco, y a nivel mundial los reportes indican que entre el 10 y 20% de la población general se encuentra afectada.
Si bien los costos varían entre los países analizados, los resultados de la carga económica del SOS en todas las regiones son ampliamente comparables. Por ejemplo, el costo directo anual promedio por paciente en Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido, se estimó entre 665 dólares, en los Estados Unidos de 783 y 530 dólares en Japón.
Uno de los estudios revisados, destaca que en 2008 el costo indirecto anual promedio de Síndrome de Ojo Seco para la sociedad fue de 11,302 dólares por paciente debido a la reducción de la productividad. Tomando en cuenta el número total de pacientes afectados el costo indirecto relacionado fue de 55.4 mil millones anuales en los Estados Unidos.
Con la inclusión de cuestionario sobre productividad laboral y el deterioro de la actividad, el mismo estudio también midió las reducciones en la productividad debido al ausentismo --la pérdida de tiempo de trabajo-- por ausencia o abandono anticipado, así como por presentismo --deficiencia en el trabajo / reducción de la efectividad en el trabajo-.
De las respuestas de los participantes, se detecta que nivel de presentismo y ausentismo fue variable según la gravedad de la enfermedad: el número de días perdidos por año por un menor rendimiento en la productividad se estimó en 91, 94.9 y 128 días para las condiciones leve, moderada y grave, respectivamente.
Los estudios revisados también indicaron que la carga económica sustancial que pagan pacientes, sistemas de salud y empleadores aumenta con la gravedad de la enfermedad, por lo cual se necesitan datos adicionales, para comprender mejor el impacto del SOS y para hacer mejores recomendaciones futuras sobre el uso de los recursos para la atención de salud visual.
Copyright © 2018 La Crónica de Hoy .