Bienestar

Teléfonos celulares y tabletas: nuevas niñeras tecnológicas

El 50 % de niños de entre uno y dos años ya han usado los teléfonos móviles para ver caricaturas.

Niño usando una tablet
Niño usando una tablet Niño usando una tablet (La Crónica de Hoy)

Videojuegos, tabletas, teléfonos celulares o relojes inteligentes estarán un año más en muchas de las cartas de adolescentes y también de niños a Santa Claus y los Reyes Magos. Pero todos estos artefactos electrónicos que forman parte de la vida cotidiana de muchos adultos, ¿a partir de qué edad deben regalarse? ¿Cuántas horas de exposición son las recomendables? ¿Qué límites deben poner los padres en su uso? Los expertos coinciden en señalar que no hay una edad para regalar tecnología, si bien los padres no deben convertir a estos dispositivos en “niñeras tecnológicas” y deben saber poner normas de uso y fomentar un consumo responsable entre sus hijos.

La mitad de los niños de entre uno y dos años ya usan los teléfonos celulares para ver caricaturas. Hasta hace poco, la Academia Norteamericana de Pediatría (APP) recomendaba que no se utilizara ningún dispositivo antes de los dos años, y a partir de esta edad no más de dos horas al día. Sin embargo, recientemente, la APP ha revisado esta recomendación.

Entre los nuevos consejos, se afirma que los niños menores de dieciocho meses deben evitar el uso de dispositivos, excepto el vídeo chat, y que los padres de niños de dieciocho a veinticuatro meses que quieran introducir medios digitales deben elegir programas de alta calidad y mirarlos con sus hijos para ayudarles a comprender lo que ven. Para niños de dos a cinco años, se limita el uso del dispositivo a una hora por día de programas de alta calidad y siempre deben estar acompañados de adultos, y para aquellos niños de más de seis años, aconseja a los padres que pongan límites sobre el tiempo de uso y que se aseguren de que el juego digital no les resta horas de sueño o tiempo para hacer actividad física.

El profesor del área de didáctica de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador principal del proyecto Smart Classroom, Guillermo Bautista, no es partidario de prohibir los dispositivos a una determinada edad, si bien reconoce que el contacto con estos aparatos debería ser testimonial antes de los tres o cuatro años y no aconseja regalar tabletas infantiles a niños de uno o dos años. “Hay que intentar que los dispositivos a estas edades no sean el estímulo de juego dominante”, afirma el pedagogo, si bien reconoce que hay juegos que permiten fomentar a edades más avanzadas la atención y el aprendizaje, y que es de pequeños cuando se puede aprender a hacer un buen uso de la tecnología y fomentar el espíritu crítico.

Meneses refuerza este argumentario con dos ejemplos claros. “Cuando regalas un videojuego, estás decidiendo en qué invertirá el tiempo tu hijo. Jugar a videojuegos no es malo, pero es necesario tener en cuenta que el tiempo que dedica a ello puede competir con el tiempo dedicado a otras actividades. Por ejemplo, si un niño es muy sedentario, regalar una videojuego a puede ser una combinación peligrosa para la organización de su tiempo. En cambio, si se hace este regalo a un joven muy activo, con unas relaciones sociales adecuadas y al que le gusta hacer deporte, el videojuego no le representará ningún problema”, explica.

Meneses lanza algunas preguntas a padres que se plantean regalar el primer teléfono celular a su hijo esta Navidad: “¿Qué sentido tendrá incorporar este aparato a la vida del niño o el joven? ¿Cuáles son los beneficios que le ofrece y a qué riesgos puede exponerse si hace un mal uso de él?”. En este sentido, cree que la llegada de un celular a la familia también debe ser una decisión muy meditada y consensuada.

Por su parte, el profesor Bautista sitúa en el inicio de la secundaria, en torno a los doce años, el momento de tener teléfono celular, siempre que esta herramienta sea supervisada y regulada por los adultos. Bautista explica que el principal uso que los adolescentes hacen del móvil es jugar, comunicarse con amigos y participar en redes sociales, y añade que el menor no debería tener acceso a aplicaciones que no sean adecuadas para su edad. “Son muy importantes la información y la supervisión de los adultos con actitud educativa y no tanto prohibitiva”, explica. El profesor Meneses no es partidario de eliminar o bloquear aplicaciones, sino de promover un uso autónomo y responsable de cualquier tecnología que, en último término, permita desarrollar una actitud crítica ante los contenidos a los que pueden exponerse los jóvenes.

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