
La frecuencia cardiaca es uno de los signos vitales que tenemos y junto con la temperatura, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la presión arterial reflejan funciones esenciales del cuerpo.
La frecuencia cardiaca es el número de veces que el corazón late por minuto y varía dependiendo de si se está en reposo o relajado y se incrementa con el esfuerzo con el objetivo de proveer de más oxígeno y energía para la actividad que se esté desempeñando. Se puede medir por medio de un estetoscopio.
El pulso es el número de veces que nuestras arterias se expanden y se contraen por minuto como consecuencia de la frecuencia cardíaca, por lo que ambas son iguales y éste se puede medir colocando sin presionar dos dedos sobre el cuello, o las muñecas.
En ocasiones la frecuencia cardíaca puede dispararse como respuesta a la producción de adrenalina o epinefrina, hormona que aumenta con un susto, miedo, sorpresa y hace que los latidos del corazón se incrementen y con ello también la oxigenación preparando al cuerpo para la reacción de "lucha-huida". También aumenta con el ejercicio, el aumento de temperatura o la postura o el consumo de ciertas drogas. Puede disminuir cuando el cuerpo experimenta una baja en la glucosa (hipoglucemia), falta de aire, por enfermedades o cansancio excesivo,
El corazón es un órgano muscular que se encuentra en el centro del tórax más hacia el lado izquierdo y su función es la de bombear la sangre al cerebro y resto del cuerpo, facilitando así la distribución de nutrimentos y oxígeno a cada célula y órgano del cuerpo.
Cuando el corazón bombea sangre a las arterias, crea un impulso que puede sentirse en las que arteras que se encuentran cercanas a la piel. Por lo tanto, al tomar el pulso de una persona se mide directamente su frecuencia cardiaca.
Para tomar el pulso se deben colocar dos dedos (índice y corazón) sobre la muñeca o el cuello, contar los latidos durante 30 segundos y multiplicarlos por dos.
También se puede medir el pulso detrás de las rodillas, ingle, sienes o parte interna del pie permite, pero es mucho más fácil de sentirse en las muñecas o cuello.
Los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos publicaron una lista de las frecuencias cardiacas que se consideran como normales en reposo. Se afirma que el pulso se hace progresivamente más lento con el paso de la infancia a la adolescencia.
Pero ¿cuántos latidos por minuto son los adecuados?
Esto varía por edad, condición física y actividad que se esté realizando.
Cuando la frecuencia cardiaca se incrementa estando en reposo o sea que son más de 100 latidos por minuto, se considera que hay una taquicardia. Cuando es de menos de 60 latidos se le conoce como bradicardia.
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