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Tu hijo va a natación, evita los riesgos

Un poco de preparación puede resultar útil cuando se trata de los niños y los juegos en el agua.

Bebés y niños nadando en una piscina
Bebés y niños nadando en una piscina Bebés y niños nadando en una piscina (La Crónica de Hoy)

Un poco de preparación puede resultar útil cuando se trata de los niños y los juegos en el agua. Ten en cuenta estos consejos durante todo el año para la natación para niño

¿Está bien que un bebé con pañales chapotee en la piscina? ¿Puede tu hijo tener colocado un yeso o unos tubos de ventilación en el agua sin peligro? ¿Pueden las bacterias que se encuentran en la piscina o en el lago enfermar a tu pequeño?

Antes de ayudar a tu hijo a que se prepare, ten en cuenta las sugerencias prácticas del Dr. Jay L. Hoecker, especialista emérito en pediatría de Mayo Clinic.

Los pantaloncitos y los pañales para nadar repelen el agua y ajustan suavemente los muslos y la cintura del niño, pero no son impermeables. Si tu hijo defeca en el agua, es posible que la materia fecal se escape del pañal.

Un pañal sucio puede contener gérmenes que causan diarrea y contaminan el agua de la piscina o de otros lugares de baño, entre ellos el parásito criptosporidio. En las personas sanas, la infección por criptosporidiosis provoca diarrea. Las consecuencias pueden ser más graves en las personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados.

La orina en el agua es menos peligrosa que la materia fecal, pero es difícil separar ambas cosas cuando el niño usa pañales. Si permites que tu hijo nade con pañales, haz pausas para cambiarle el pañal en el baño o para que use el inodoro. No permitas que tu hijo ingrese en la piscina si tiene diarrea.

Tu hijo, sin duda, va a tragar agua en la piscina en algún momento, especialmente cuando esté aprendiendo a nadar. Tragar un poco de agua en la piscina no suele ser motivo de preocupación, pero tragar mucha agua puede causar enfermedades. Alienta a tu hijo a que escupa toda el agua que le entre en la boca.

Depende del tipo de yeso:

Si tu hijo tiene tubos de ventilación en los oídos (pequeños cilindros que se colocan en el tímpano para drenar líquido y permitir el ingreso de aire al oído medio) consulta al médico acerca de qué protección auditiva necesita para nadar. Algunos médicos recomiendan que los niños con tubos de ventilación en los oídos usen tapones cuando nadan para evitar el ingreso de bacterias al oído medio. Sin embargo, el uso rutinario de los tapones podría necesitarse solo cuando los niños se sumergen o cuando nadan en agua no tratada, como lagos y ríos.

La otitis del nadador es una infección que con frecuencia se trata con gotas para los oídos de venta bajo receta médica. Para prevenir la otitis del nadador:

La exposición al cloro puede causar enrojecimiento en los ojos de los niños. Para aliviar el malestar y disminuir el enrojecimiento después de nadar, lava los ojos de tu hijo con una solución ocular estéril o con lágrimas artificiales. Para evitar los ojos rojos o hinchados, recomiéndale a tu hijo que use anteojos protectores mientras practica la natación.

Muchos niños aprenden a andar en bicicleta y a nadar por su propia cuenta a la misma edad, más o menos, y generalmente ocurre durante el verano previo a comenzar el jardín de infantes. La Academia Americana de Pediatría recomienda para la mayoría de los niños que las clases de natación empiecen a partir de los 4 años.

Si inscribes a un niño menor de 4 años en un programa de natación, elige uno que requiera la participación de los padres, que cuente con docentes calificados, tenga una atmósfera alegre y que implique una cantidad limitada de sumergimientos. De esta manera limitarás la cantidad de agua que pueda tragar tu hijo.

Los niños que están resfriados o tienen otras enfermedades menores pueden nadar, siempre y cuando se sientan lo suficientemente bien para hacerlo. Del mismo modo, está bien que los niños naden si tienen cortes y raspaduras, siempre que las heridas no sangren.

Es adecuado nadar inmediatamente después de consumir un refrigerio o una comida liviana. Sin embargo, si tu hijo se siente sin energía después de consumir una comida pesada, recomiéndale que tome un descanso antes de nadar.

Los niños pequeños pueden acalorarse rápidamente en una tina caliente o de vapor. Si le permites a tu hijo usar una tina caliente o de vapor, asegúrate de que permanezca dentro de ella poco tiempo, esté siempre supervisado y no permitas que el niño sumerja la cabeza en el agua. El pelo largo puede enredarse en la rejilla de una tina caliente sin cubierta y causar ahogo.

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