Opinión

Zócalo, 8M y 9M

8M y 9M Claudia Sheinbaum estará un día después de la Marcha 8M en el Zócalo

El zócalo de la CDMX será escenario, en días consecutivos, de dos eventos relevantes: la marcha con motivo del Día Internacional de la Mujer el sábado 8 y, al día siguiente, la concentración para dar a conocer la respuesta del gobierno de México a la declaración de guerra comercial de Donald Trump, a pesar de haber conseguido un mes más de pausa.

Con respecto al 8M el elemento diferenciador es que se trata de la primera vez en la historia que una mujer ocupa la oficina principal del Palacio Nacional en un Día Internacional de la Mujer. Es una circunstancia inédita. La doctora Sheinbaum suele decir que no llegó sola, llegaron todas, lo que podría entenderse como el final de una etapa sombría y el inicio de una era luminosa. No es así. Violencia, pobreza y trato desigual siguen marcando la vida de las mujeres en el país, que ahora enfrentan además coletazos peligrosos del machismo herido dentro y fuera de México.

Se registra, en efecto, una regresión política en el mundo. El ejemplo más cercano y contagioso es Estados Unidos, que ha puesto en riesgo conquistas que se creían consolidadas y que están demandando de colectivos feministas volver a pelar batallas que algunos pensaban que estaban ganadas para siempre, pero no. El derecho a decidir es un buen ejemplo. En muchos países la vida de las mujeres parece atrapada en el medioevo. Los Talibanes en Afganistán están cumpliendo los augurios más sombríos.

En México, en la inmensa mayoría de los centros de trabajo, a pesar de que hay una igualdad formal, el patriarcado sigue imponiendo condiciones. Los cambios legales van mucho más aprisa que los cambios mentales. El acoso no cede y la violencia callejera, incluso feminicida, espanta por su persistencia. Mujeres, niñas incluso, son víctimas de incontables tipos de violencia. No tenemos que ir muy lejos. La región fronteriza entre municipios mexiquenses y alcaldías chilangas es una zona de alto riesgo.

La indignación, el enojo, la rabia incluso están vigentes, son del tamaño y grosor de las vallas que rodean el Palacio Nacional. Lo que demandan los colectivos de mujeres en sus pronunciamientos es abortar, abortar el sistema patriarcal.

El mitin del 9M

El domingo 9 el zócalo se llenará con la presencia masiva de huestes morenistas llegadas de diversos estados de la República. Los gobernadores compiten para ver quién manda el contingente más numeroso y ruidoso, porque no solo hay que llegar, hay que hacerse notar. Ese día, en ese marco, la presidenta celebrará que logró, gracias a su habilidad negociadora que nadie regatea, un mes más de pausa para la aplicación de aranceles.

El presidente de Estados Unidos busca consolidar su imagen ante su base electoral, ya dijo que él está a la altura de Lincoln y Teddy Roosevelt, ¿a quién les recuerda? y su tarea, así entiende la presidencia, es hacer un buen programa de televisión cada día. Es la civilización del espectáculo a plenitud. Aquí entre nosotros la presidenta Sheinbaum también quiere sacar raja política. Sus niveles de aprobación están en la estratósfera, pero siempre se puede, esgrimiendo la defensa de la soberanía, subir un poco más. El apoyo de gobernadores de todos los partidos y de los empresarios organizados será crucial para lo que está por venir. México puede y debe defenderse. Cualquier acción que tome se inscribe en el marco de la legítima defensa.

Poner aranceles y dinamitar el acuerdo de libre comercio entre los países de América del Norte es un disparate absoluto. No ayuda a contener la introducción de fentanilo y otras drogas a Estados Unidos, pero sí le pavimenta el camino a China, la potencia asiática con capacidad, ellos sí, de desafiar a EU en cualquier terreno, el militar incluso.

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