Opinión

El deporte nacional de discutir

Ernesto Zedillo La foto de Ernesto Zedillo, ex presidente de México, apareció en la conferencia matutina de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum (Daniel Augusto)

En esta vida hay codas útiles y otras no tanto. Unas más inútiles de plano.

Uno de esos ejemplos, en cuanto a la esterilidad de las cosas, es perseguir fantasmas, actualizar hechos del pasado o el antepasado; discutir sin fin ni conclusión, resucitar consignas, remar contra la corriente del tiempo y desatender el presente, para mirar en el espejo retrovisor las viejas consignas, sin atender los peligros de hoy, no importa quien nos prevenga de ellos.

Un hecho reciente cuyas dimensiones ya llegan hasta lo jocoso, es el pleito entre la Cuarta Transformación y el ex presidente Ernesto Zedillo.

Primero la presidenta (con A) de la República, la doctora CSP, le recordó al ex presidente (con E) de la República, el doctor EZP, lo grave del haber sustituido el Fobaproa por el IPAB, con la consecuente deuda mil millonaria para los pobres mexicanos, endeudados por los siglos de los siglos. Y todo porque pidió auditar las obras del faraón.

Aquel grave quebranto a la vida nacional (rescate bancario), pudo haber sido materia de alguna atención durante los primeros seis años de la 4.T, cuando nos gobernaba (con infinita sabiduría y patriotismo; seguridad pública, salud y desarrollo económico, por no decir más); el hombre cuya sagacidad nos había advertido desde antes de la felonía del rescate bancario, quien pasó por todas las convenciones bancarias presumiendo la estabilidad… ¡de la banca rescatada!

No se hizo nada.

Pero la actual administración no tiene responsabilidad alguna con los hechos u omisiones del gobierno anterior por mucho como la quiera aumentar con segundo piso. Sin embargo, quizá sean fallas de la septuagenaria memoria, pero tampoco recuerdo haber escuchado en los cientos de discursos de campaña (algunos de la mano con AM), el Fobaproa como tema central. Quizá una mención por aquí y un detalle por allá. Pero el “robo del siglo”, no fue lo básico durante esa persuasiva visita por todos los rincones de la patria.

¡Ah!, pero cuando Zedillo mal habló de la Reforma Judicial (un esperpento, lo diga quien lo diga) y más cuando señaló el camino de la dictadura y la destrucción de la párvula democracia, entonces sí se soltaron los demonios. Hasta una comisión senatorial se ha convocado para apilar la leña de la hoguera.

Pero hay más: “… (el viernes) se difundieron imágenes de la masacre de Aguas Blancas, Guerrero, perpetrada el 28 de diciembre de 1995, en la cual murieron 17 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur y del asesinato de 45 personas de la organización Las Abejas, en Acteal, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997...

“… La reparación o reconocimiento de la responsabilidad del gobierno en estos hechos no fue dada por Zedillo, sino hasta 2020, 23 años después de la masacre”. Válgame el altísimo.

Y sigue:

“…Entre 1994 y 2000 hubo una persecución sistemática de la oposición, (recordó CSP).

una persecución sistemática de la oposición y de miembros de partidos como el PRD, que provocó la muerte de más de 600 militantes, crímenes que nunca fueron esclarecidos.

“El debate hoy --dijo-- es el autoritarismo, así lo quiso poner la oposición. ¿Es autoritario

llamar al pueblo de México a votar por el Poder Judicial? ¿Es autoritario que haya libertad de expresión, que se pueda decir lo que uno quiera en cualquier medio?”

No, pus’no…

Pero más allá de la veracidad las acusaciones, señalamientos puntualizaciones, puntos de vista y todo lo demás de cada quién, ¿de veras vale la pena vivir en la eterna discusión entre el pecado y la virtud?

Acusaciones van; acusaciones vienen mientras el tiempo se pierde. Los hechos señalados ya han prescrito. Y lo único visible es la raíz de la indignación: la intolerancia a la crítica.

Mientras EZ estuvo en silencio en el exilio voluntario, nadie se acordó de sus pecados. Cuando habló, se le fueron al cuello. Fue intrascendentemente virtuoso; hoy es absolutamente pernicioso.

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