
A pesar de que México, junto con Brasil y Argentina, son los países de América Latina con mayor producción de medicamentos, aún persiste la necesidad de importar algunos del exterior, sobre todo aquellos cuya producción requiere de alta tecnología. En el caso concreto de México, se importan medicamentos contra el cáncer, los antisueros y vacunas, la insulina y los derivados de la penicilina.
En días pasados, la presidenta Sheinbaum dio a conocer la decisión de expedir un decreto a fin de que su gobierno promueva la producción en el país de los medicamentos que actualmente se importan, para lo cual se invitaría preferentemente a las empresas que ya tienen plantas aquí, pero al mismo tiempo atrayendo firmas globales para que también produzcan en México, lo cual permitiría abaratar los costos a fin de reducir en algún porcentaje el presupuesto, superior a 300 mil millones de pesos, que gasta el gobierno cada dos años.
Si este propósito avanza, con la instalación de plantas farmacéuticas extranjeras, se generarían nuevos empleos de calidad y se fomentaría la investigación, además de estimular la inversión de las empresas que participan en la compra bianual de medicamentos. De lograr éxito con esta decisión, sin duda México podría convertirse en un líder de la industria farmacéutica en Latinoamérica.
Biológicos y Reactivos de México (BIRMEX) también elevarían su calidad y desarrollo, creando dispositivos médicos y vacunas, a través de la innovación, creación de talentos con el desarrollo de la industria química y de la ingeniería biomédica.
La compra consolidada de medicamentos supone una importante inversión para el Gobierno de México. Según opinión de Eduardo Clark, Subsecretario de Integración y Desarrollo del sector salud, muy cercano a la presidenta y quien recientemente descubrió un sobreprecio millonario en la compra de medicamentos, al vender al gobierno medicinas para todas las instituciones de salud, incurren en componendas bajo la mesa, y aceptan otorgar porcentajes indebidos a funcionarios que los piden, y es cuando se presentan sobrecostos que acaban mermando sumas significativas al presupuesto.
El tema de la corrupción en esas compras consolidadas, no se ha podido desterrar del todo. Las prácticas ya añejas entre funcionarios encargados de ese proceso y empresarios del sector farmacéutico, sigue siendo una asignatura pendiente para el sector salud gubernamental, hecho que conoce muy bien la presidenta, de ahí su esfuerzo por acabar con esa lacra.
El camino para México es aún largo, como lo muestra una investigación realizada recientemente por la prestigiosa revista especializada The Lancet, donde se demostró que en la última década, los países mejor calificados en los servicios de salud, fueron Costa Rica, Chile y Colombia. Cuba, Uruguay, Panamá y Brasil también obtuvieron buenas evaluaciones, mientras que Guatemala, República Dominicana y Paraguay, la peor.
México aún no está dentro de los primeros cinco lugares de Latinoamérica, así que el reto es importante para lograr un sistema de salud como los mejores del mundo, en cuya lista aparecen a la cabeza lugares como Hong Kong, Singapur, España, Italia y Corea del Sur.
Las campañas de vacunación para diversas enfermedades, son la base de la prevención para evitar atenciones curativas que implican costos mayores, tanto en insumos como en la atención de los médicos a los pacientes.
@fer_martinezg