
La pudrición no es privativa de Tabasco, se expande por otros estados. Ahí está, por ejemplo, el secuestro de la maestra jubilada y taxista en activo del municipio de Álamo Temapache, Veracruz, Irma Hernández, de 62 años.
La síntesis de la tragedia es la siguiente: la maestra fue secuestrada mientras prestaba servicio de taxista en el centro de la cabecera municipal, a la vista de todos. Estuvo varios días desaparecida sin que autoridades estatales o municipales se pusieran a buscarla. Minimizaron el hecho. De pronto comenzó a circular un video en el que la maestra, hincada y rodeada de hombres con fusiles de asalto, les pide a sus colegas taxistas que paguen sus cuotas porque “con la Mafia Veracruzana no se juega o van a terminar como yo.” Fueron sus últimas palabras.
Horas después apareció el cuerpo de la maestra. Las autoridades respondieron como pudieron. La gobernadora dijo que los sicarios no mataron a la maestra, solo la violentaron y a ella le dio un ataque al corazón. ¿Supondrá que eso los exime de culpa? Otras autoridades añadieron que se trata de una disputa entre bandas criminales por el negocio de la extorsión. Incluso se deslizó la versión de que la maestra pertenecía a uno de los grupos criminales antagónicos. O sea, peor imposible.
La pudrición comienza a salir. Al momento de escribir este texto ya había tres detenidos integrantes de una banda conocida como Grupo Sombra, una escisión del Cartel del Golfo, como probables responsables de participar en el secuestro. Faltan muchos porque en el video hay una docena de hombres encapuchados. Doce hombres rodeando a una mujer hincada con las manos atadas. ¿Cómo llegamos a esto? Un alarde de cobardía y estupidez. Ahora ya todo México sabe que un grupo criminal dedicado a la extorsión de transportistas opera en esa región de Veracruz. Les hicieron la chamba a las autoridades.
Dándole vueltas para tratar de encontrar alguna lógica al episodio espeluznante, me pregunto cuánto dinero puede pagar como cuota de extorsión un taxista de Temapache, una localidad con poco más de cien mil habitantes. El viaje más codiciado por los taxistas es llevar gente a Poza Rica, que está a una hora, lo que ocurre de vez en cuando. Según cifras recientes en la alcaldía trabajan 50 policías. Aunque la convocatoria para sumarse al cuerpo policiaco está abierta de manera permanente, casi nadie acude a pedir informes. No queda claro si la policía está de parte de la población o son integrantes de alguno de los grupos delictivos en pugna. La policía es parte del problema de la seguridad, no de su solución.
No me cuesta trabajo imaginar que haya gente que quiera tomar un atajo a la riqueza y que quiera mucho dinero en poco tiempo, pero ¿alguien se puede volver rico extorsionando a los taxistas de Temapache? La respuesta es que no, nadie. Mucho menos si tiene que dividirse el dinero entre muchas personas ambiciosas. El dinero está en otro lado, de manera que el Grupo Sombra nunca saldrá de pobre..
Veracruz ha vivido terribles crisis de seguridad en los últimos años por la complicidad de las autoridades del estado con los grandes carteles, como los Zetas o el Cartel del Golfo en su momento. En el punto más álgido de la guerra aparecieron 35 cuerpos justo enfrente de Plaza las Américas uno de los sitios más concurridos de Boca del Río casi en el límite con el Puerto de Veracruz. La noticia le dio la vuelta al mundo. La Marina se ha esmerado por poner en paz esa zona del estado. Ha tenido éxito, lo reconozco, pero en otros lugares del estado la mafia veracruzana impone condiciones, como en Temapache, donde la pudrición emerge.