Opinión

Salvar a Morena de los morenistas

La dirigente nacional y el presidente del Consejo Nacional de Morena, Luisa María Alcalde y Alfonso Durazo

Al victorioso tren de Morena todos quisieron subirse, muchos lo consiguieron, y ahora ya no saben cómo bajarlos. Y es que se subieron un montón personajes siniestros, casi todos formados en el PRI, pero con destreza sin parangón para brincar en el trapecio, sin red protectora, pasar de un partido a otro partido y cambiarse en el aire la camiseta. Como cualquier priista lo sabe: vivir fuera del presupuesto es vivir en el error y ellos nunca se equivocan.

El resultado es eso que responde al nombre de 4T en el que hay de todo, con decirles que el comandante H también tenía credencial de militante activo. Si por alguna razón Morena colapsara, digamos un manotazo fuerte de Trump, que no se descarta, la mayoría de esos personajes siniestros de los que hablo buscarían rápido otro partido para seguir detentando alguna posición de poder. Dejarían la camiseta guinda por otra de cualquier color porque lo importante no son las tonalidades ideológicas, que suelen estorbar, sino una posición de mando, chiquita, mediana o grande pero no salirse en ninguna circunstancia de la jugada del poder, los cheques adjuntos y la posibilidad de negocios personales.

La crisis que vemos hoy al interior de Morena refleja la difícil convivencia entre compañeros de partido que tienen muy pocas cosas en común, con biografías políticas no solo distintas sino en muchos casos antagónicas. Claudia Sheinbaum hizo su carrera fuera del PRI, es fruto del activismo universitario y de una visión de la política como herramienta de transformación social, no para que el política cambie de clase y se vuelva millonario en tiempo récord.

No digo que sea ingenua o que no sepa chapotear en aguas fétidas, sostengo que tiene una formación diferente y que ha sido coherente. No se le conocen ranchos, departamentos en Miami y cuentas en algún paraíso fiscal. A la larga Morena se terminará pareciendo más a ella, pero eso supone que tendrá que librar batallas fratricidas algunas de las cuales pueden resultar dolorosas. Algunas de esas batallas se libran en estos momentos. Por las atribuciones legales y extralegales de su cargo terminará imponiéndose, pero todavía no queda claro si al final de camino Morena conservará la vitalidad para conservarse en el poder seis años más.

Algunas cosas están quedando claras para todos, por ejemplo, que la 4T no pudo exorcizar el demonio de la corrupción que ahí sigue saltando por todos lados. Tampoco fortaleció la lucha democrática en el país, por el contrario, se ha dedicado a destruir los contrapesos. Su operativo para quedarse con el Poder Judicial fue despiadado y nauseabundo, incluyó disfrazar de morenistas a los Yunes en una jugarreta de extorsión política de la más baja estofa. Que todavía hoy mismo se discuta sobre el tema de los acordeones coloca al país al nivel de república bananera de hace medio siglo. El caso del huachicol fiscal, los gobernadores implicados, el desvío de dinero para fondear campañas constituyen un pecado político capital, que abochorna a todos.

¿Podrá la presidenta hace un trabajo de limpieza para salvar a Morena de los morenistas? Lo primero es que tenga la voluntad política de hacerlo. Si la tiene hay una posibilidad, pero de otra forma la descomposición de los priistas será pecado venial comparado con lo que viene con los morenistas siniestrosque hanmostrado unacodicia queenvidiaría cualquierpriista delos tiempos de la dictadura perfecta.

Glifos

Que la presidenta de la República y la presidenta de tu partido te regañen públicamente en días consecutivos debe haber resultado muy bochornoso para Andrés Manuel López Beltrán. ¿Puede seguir siendo secretario de Organización de Morena como si nada? Tal vez sí, pero está obligado a una remontada colosal, pocas veces vista.

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