Opinión

¿Ya sabe Pablo Gómez cuánto gana Loret?

Pablo Gómez Álvarez Será el titular de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral (Especial/Especial)

La presidenta Claudia Sheinbaum decidió poner en manos de Pablo Gómez el proceso para acceder a una nueva Reforma Electoral. ¿Es la persona idónea? A juzgar por su paso al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera hay razones de sobra para estar preocupados.

A largo del sexenio anterior, las bandas criminales y sus socios en la comunidad empresarial, incluyo aquí bancos y casas de bolsa, vivieron en el paraíso. La divisa era “abrazos, no balazos”. Llevado al ámbito de la UIF eso quería decir que los que debían preocuparse eran los adversarios políticos del expresidente y su insaciable apetito de venganza, pero los empresarios y bancos dedicados al lavado del dinero sucio de los narcos podían dormir con la tranquilidad de que quien se sabe impune.

Gómez se quedó muy corto, pero el día que el gobierno de Estados Unidos hizo una denuncia en contra de Vector, Intercam y CIBanco quedó expuesto de manera vergonzante. Pablo se prestó para embestir a los periodistas que le caían mal al expresidente. Convirtió a la UIF en un instrumento de venganza personal y no le importó ignorar un montón de disposiciones legales que impiden la difusión de datos personales. Lo importante era complacer a López Obrador.

Las responsabilidades formales de la UIF son detectar operaciones probablemente vinculadas con el lavado de dinero o el financiamiento al terrorismo, y en su caso, presentar las denuncias correspondientes ante la autoridad competente. En ningún lugar habla de perseguir periodistas. Ni siquiera el colosal daño que el huachicol fiscal ocasiona a las finanzas nacionales lo inquietó, él estaba en lo suyo, husmeando en las cuentas de los críticos del presidente. De pena ajena dedicar la fuerza del Estado a investigar y difundir ilegalmente cuánto ganan Loret y Brozo y no tocar ni con el pétalo de una rosa a los narcos y sus cómplices. Sus reiterados ataques al Poder Judicial lo mostraron como porro ilustrado del régimen. Ese fue el saldo del paso de Gómez por la UIF, bochornoso.

Su permanencia en UIF era insostenible, lo que sigue es saber si es el hombre idóneo para conducir la Reforma Electoral. Pablo ha fundamentado su carrera en su participación en el Movimiento del 68. La ha exprimido hasta la última gota. La pregunta es si la generación del 68 va por otra dictadura perfecta y busca crear las condiciones para que Morena se quede el poderlo que resta del siglo. La pregunta es válida porque abundan señales ominosas, comenzando por el hecho de que ya tiene en el bolsillo a los organismos electorales, INE y TEPJF, a quienes ha recortado de manera brutal el presupuesto y hay propuestas que preocupan como esa de eliminar la figura del legislador plurinominal para que la aplanadora morenista no tenga que lidiar en el Congreso con algo parecido a la oposición.

Dicen quienes lo conocen que Gómez sí le sabe al tema electoral. Ha pasado temporadas largas en el INE. Se asume, entonces, que domina el tema, lo que sigue es preguntarnos a dónde quiere llegar. Lo primero será convencer a la ciudadanía de la necesidad de una nueva reforma electoral y segundo crear un espacio de participación donde se escuchen las voces de los expertos, comenzando por las personas que ya estuvieron al frente del instituto electoral, como José Woldenberg, Luis Carlos Ugalde y Lorenzo Córdova. ¿Los convocará para conocer sus opiniones o los hará a un lado porque han hecho reflexiones críticas?

A juzgar por sus antecedentes es más probable que le pida a la UIF que los investigue.

Tendencias