
Un estudio cualitativo con maestros de primaria, de fecha reciente, ha permitido al Instituto de Investigación Educativa de la Universidad de Guadalajara tener una comprensión más rica del cambio que se ha dado entre los ciclos escolares 2023-2024 y 2024-2025 en la práctica de la Nueva Escuela Mexicana (NEM)
El hecho más notable es la aceptación mayoritaria del modelo NEM por los maestros. La tensión que reinaba entre el magisterio durante el primer ciclo escolar parece haber desaparecido, los maestros se han adaptado básicamente a la enseñanza por proyectos y al uso de los campos formativos. Lo cual, después de todo, es buena noticia porque nos dice que el sistema educativo funciona regularmente.
Los maestros han elaborado, cada quién por su lado, un modus operandi. La cosa marcha. Aunque los profesores no han profundizado en su conocimiento del nuevo “sistema de enseñanza”. En su interpretación, el modelo de proyectos es muy efectivo: es práctico, los niños lo siguen con entusiasmo, el maestro disfruta de márgenes amplios de libertad para actuar en su jornada de trabajo, no hay control alguno de la autoridad educativa, etc. Este “modelo de enseñanza” no sólo es efectivo, es ideal y suscita entusiasmo entre los docentes.
Pero pronto en los grupos de enfoque se revelaron algunas dudas. Cuando se les preguntaba a los docentes: ¿Cómo evalúan a sus alumnos? ¿Cómo saben que han aprendido al término de un proyecto o del año escolar? Los docentes, sorpresivamente, no sabían qué contestar. En realidad, no hubo evaluación alguna; los maestros no saben lo que han aprendido sus alumnos. Es una práctica educativa que no cuida el aprendizaje, que no lo tiene como objetivo.
Existe la idea equivocada o confusa de que la enseñanza por proyectos, aunque es activa, cubre también los conocimientos que se adquieren en la enseñanza por disciplinas. Lo cual es imposible. Pero la SEP ha difundido la falsa creencia de que en los intersticios de los proyectos se estudian los contenidos disciplinarios. Así se responde a los padres de familia que se interrogan: ¿Dónde están las Matemáticas? ¿Dónde está el Español? etc. Se argumenta usualmente que los contenidos disciplinarios se adquieren cuando el proyecto “necesita” tal o cual conocimiento de Matemáticas, o de Física o de Biología, etc. Pero esas necesidades cognitivas del proyecto, como se comprende no tienen el carácter de la enseñanza de las disciplinas.
Las disciplinas son unidades que tratan sistemáticamente, en un orden lógico y comprensivo, los conocimientos que pertenecen a un campo cognitivo socialmente reconocido como autónomo. Las Matemáticas tratan en un continuo didáctico que va de los sencillo a lo más complejo el universo comprimido de la disciplina matemática. Este tratamiento simple y llanamente no puede existir en los proyectos.
Cuando preguntamos a los maestros que enseñaban quinto o sexto grado si en el marco de los proyectos los alumnos estudiaban los contenidos de Historia Latinoamericana o Universal que se enseñaban en el viejo modelo educativo, los docentes reconocían, francamente, que esos contenidos no se abordaban en el nuevo modelo educativo.
Lo mismo ocurre con temas más remotos como Grecia Clásica o Roma. Temas que no se tratan en el nuevo currículum. El gran vacío, obviamente, son en general los contenidos educativos. El método de proyectos es un asunto práctico, no conceptual. El maestro, sobre todo aquel que trabaja en una comunidad rural, puede con los proyectos crear un jardín, levantar una huerta, organizar un apiario, etc. Lo que no puede hacer es estudiar in extenso Biología.
Un hecho que observamos que nos sorprendió fue que los maestros decían compartir los contenidos de los libros de texto más doctrinarios (como aquellos donde se habla de los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, y de otros temas “revolucionarios”). Lo cual parece mostrar que el magisterio es un estamento izquierdista, contra lo que suponíamos.
Pero pudimos comprobar que los docentes de primaria ignoran, de plano, los fundamentos teóricos de la NEM, es decir, la pedagogía crítica, las ideas de Paulo Freire, las epistemologías del Sur, las teorías populistas de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, etc.