
Pesan sobre Adán Augusto López acusaciones graves. Nada de irse a pasear y dejar tirada la chamba como sus correligionarios, eso son nimiedades. Al senador, ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Tabasco se le señala por vínculos con un grupo de la delincuencia organizada llamado La Barredora, dedicado al huachicol, al tráfico de migrantes, extorsión, secuestro y tráfico de drogas. Son palabras mayores. A pesar de eso, Adán Augusto acaba de estar en Palacio Nacional para tratar asuntos de la agenda legislativa en el próximo periodo ordinario de sesiones. Fue tan campante, como si no pasara nada. Impunidad estilo 4T.
¿ Cómo llegamos a esto? Cuando era gobernador de Tabasco, Adán nombró jefe de la policía estatal a un antiguo amigo suyo, Hernán Bermúdez, conocido en el mundo de la mafia como comandante H. Hizo el nombramiento a pesar de que ya desde entonces circulaban versiones de que Hernán andaba en malos pasos. Nada lo detuvo, quería a Bermúdez en la Secretaría de Seguridad y ahí lo puso.
Ya como jefe policiaco de Tabasco, el Comandante H se convirtió en el principal generador de violencia en el estado que debía proteger. Desde su oficina creó un grupo delincuencial conocido como La Barredora, asociado al CJNG. La zona militar con sede en Villahermosa detectó las irregularidades y comenzó a mandar alertas sobre el comportamiento de Hernán. Adán Augusto dejó pasar todo, salió el gobierno de Tabasco y aceptó la invitación de López Obrador para cambiarse a Bucareli y convertirse en un poderoso secretario de Gobernación; con acceso, ojo, a información clasificada. Ni siquiera teniendo la información privilegiada hizo nada para detener el trabajo criminal de La Barredora.
El nuevo gobernador de Tabasco, Javier May, en un acto público denunció que el jefe de La Barredora era el H y exigió a quien lo nombró secretario de Seguridad que rindiera cuentas. El secretario de Gobierno de Tabasco, Pepín López Obrador, hermano de ya saben quién, dijo que por fin comenzaba a salir toda la “pudrición” en el estado.
Adán que es por designación de López Obrador coordinador del Senado se limitó a decir que él, entre ingenuo y despistado, nunca supo nada malo de su jefe de la policía hasta que comenzaron a buscarlo dentro y fuera del país. Ni la burla perdona. No se ha tomado la molestia de dar alguna explicación, dijo que está dispuesto a dar una declaración y no ha sido requerido. Para evitar que alguien se equivoque diré que no se asegura que Adán Augusto sea parte de la delincuencia organizada. Eso no. Se sostiene que un colaborar muy cercano a él, su secretario de Seguridad, sí lo es y Adán tiene que pedir licencia al Senado, para ser investigado sin fuero.
La prensa estableció el caso diciendo que Bermúdez era el García Luna de Adán Augusto. Los morenistas nunca creyeron que el expresidente Calderón no supiera nada malo de su antiguo colaborador y durante años han hecho escarnio de él, pero a Adán si le creyeron que por su legendaria candidez no vio lo que para todos era evidente.
Hay un punto que debe quedar claro en este bochornoso caso: las acusaciones en contra de Bermúdez las hizo el Ejército y el gobernador Javier May, no la oposición ni la prensa. Ellos detonaron el asunto y su responsabilidad es llegar hasta donde tope.
Cuenta la leyenda que Adán, integrante de una de las familias acaudaladas de Tabasco, apoyó a Andrés Manuel en los años de vacas flacas. Se creó entonces un vínculo que pasó de la amistad al encubrimiento.