Opinión

La oposición se incuba en Morena

Gerardo Fernández Noroña y la presidenta Claudia Sheinbaum (Graciela López Herrera)

Obviamente una cosa es decir no estoy de acuerdo, a decir no coincido en nada. Ominoso deslinde especialmente si proviene de la presidencia de la República, donde –al menos en la forma con o sin fondo— se controla el partido en el poder, sea o no una sucursal de Palenque.

Lo anterior tiene un motivo: la presidenta (con A), ha dejado a Gerardo Fernández Noroña solo con sus diagnósticos, pronósticos y profecías sobre el inevitable desgajamiento en Morena, a pocos días de verlo regresar a un escaño sin relevancia. Uno más bajo la coordinación de Adán Augusto López, quien a pesar de todo el “fuego amigo”, mantiene la divina protección.

Fernández Noroña, como parte de su exposición circular antes de dejar la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Senadores, cargo en el cual se desempeñó con su habitual histrionismo y relativo rigor legislativo (llegó al extremo de convertir al Senado en sala de disciplina inquisitorial, con todo y Sambenito) desde donde llama la atención.

Pero en su análisis interno simplemente dijo algo sabido y recontra sabido: el gen caníbal reventará a Morena como lo hizo con el Partido Comunista o el más “light” de la Revolución Democrática.

Dijo en una entrevista con “La razón”:

“...Francamente, lo he dicho y lo creo: esta oposición va a desaparecer. Yo no les veo, al PRI y al PAN, camino. Movimiento Ciudadano ha venido aprovechando y ha ido avanzando, ahí, calladito; pero representa en esencia lo mismo. La oposición fuerte —espero que para eso falte mucho y tarde mucho en suceder— va a salir de dentro de nuestro movimiento...

“...Sí, aunque eso va a tardar mucho. Pero yo creo que va a suceder. Es parte de los fenómenos políticos que se dan en general con movimientos tan importantes como el nuestro”.

El diagnóstico sin compromiso, la advertencia en abstracto, el disimulo sobre la evidente desunión interna, no resulta un ejercicio crítico real, es levantar la mano en busca de un nuevo y mejor acomodo, pero al parecer la presidenta no mordió el anzuelo:

--¿Cómo ocurrió con el PRD, le preguntan?

“No. El PRD nunca fue gobierno (no se habla del gobierno; se trata del partido y son los mismos). Lo que pasa es que la experiencia más cercana puede ser usada para tergiversarse (¿ella sola?), por eso no la quiero usar, pero estoy siendo muy claro:

“Yo creo que va a ser, espero que dentro de muchísimos años —yo creo que ya me habrá chupado la bruja a mí cuando eso suceda—, que salga de nuestro movimiento la oposición. No veo oposición en la oposición, valga la paradoja... la oposición hoy no tiene ideas, no tiene proyectos, no tiene iniciativas; lo único que aporta es provocación y majadería”.

Si fuera posible aislar las últimas dos palabras, gozaríamos el mundo cínico: GFN critica las herramientas de su camino político; sus usos y sus costumbres: el exhibicionismo, el escandalito, la gritería, la grosera condición entre el albur y la oratoria...

Su salida a escena, como si fuera Duverger, tuvo un efecto contrario: desde el Palacio Nacional le arreglaron su asunto.

“--No, no coincido para nada (CSP). Hay mucha unidad de nuestro movimiento, mucha. ENTONCES NO COINCIDO EN NADA DE LO QUE DIJO”,

--¿Le genera alguna inquietud este tipo de afirmación?“.

“Tampoco. En nuestro movimiento hay libertad, cada quien tiene una opinión. En mi caso, pues no coincido con la declaración que dio. Hay mucha unidad, porque al final lo que nos interesa no es algo personal, sino el bienestar del pueblo de México“.

“No coincido en nada con lo que dijo”. ¡Tómala!

Pero (con todo respeto) sí debería la señora presidenta coincidir en algo: a Fernández Noroña, como dijo él mismo, se lo va a chupar la bruja. A ver si no se indigesta la hechicera...

¡Ay!, qué bonito es volar...

Tendencias