
El cáncer de mama no aparece de un día para otro; se desarrolla lentamente, entre cinco y diez años, pero mientras el tiempo avanza en el cuerpo ocurren cambios que muchas veces pasan desapercibidos.
En ese proceso silencioso e imperceptible, pero constante, está la diferencia entre detectarlo a tiempo o enfrentarlo tarde.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por tumor maligno en las mexicanas y, para revertir la incidencia, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció el Modelo de Atención Universal de Cáncer de Mama.
Sabemos que la mayoría de este tipo de tumores tardan años en alcanzar un centímetro, tamaño suficiente para que sea detectado en mastografía. Eso significa que existe una ventana de oportunidad para diagnosticar la enfermedad antes de que avance, cuando los tratamientos son menos agresivos y las posibilidades de recuperación superan el 90 %.
Por ello, la Presidenta presentó un plan histórico que será un antes y un después, que incluye la adquisición de mil mastógrafos y mil equipos de ultrasonido, la construcción de 32 unidades hospitalarias oncológicas (una por estado) y la ampliación de 42 a 62 centros de detección y diagnóstico integral.
Recordemos que la enfermedad no tiene una sola causa, es el resultado de una combinación de factores genéticos, hormonales, metabólicos y ambientales, y aunque algunos factores no se pueden modificar, como la edad o los antecedentes familiares, la mayoría sí se pueden modificar, pero a menudo son subestimados, por ejemplo:
La obesidad y sobrepeso. Después de la menopausia, el exceso de grasa corporal produce estrógenos que estimulan el crecimiento de células malignas.
El sedentarismo. Al menos 150 minutos de actividad física a la semana fortalecen el sistema inmunológico y mejoran el equilibrio hormonal.
El consumo de alcohol. Tomar más de una bebida al día incrementa el riesgo de cáncer de mama hasta en un 10 %.
El tabaquismo. Fumar, incluso ocasionalmente, multiplica el riesgo de mutaciones celulares y reduce la capacidad de reparación de los tejidos mamarios.
El uso prolongado de hormonas. Toda terapia hormonal debe estar vigilada por personal médico; su uso indiscriminado altera los niveles naturales de estrógeno y progesterona.
Además, el modelo anunciado en la Conferencia Mañanera impulsa el Registro Nacional de Salud, instrumento que permitirá integrar el historial clínico de las personas y facilitar la continuidad de su tratamiento en cualquiera de las instituciones IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar, sin importar dónde lo haya iniciado o su derechohabiencia.
En ese tenor, desde la Secretaría de Salud y el Centro Nacional de Equidad de Género, Salud Sexual y Reproductiva impulsamos la primera Campaña Sectorial Homologada y Permanente para la prevención y detección temprana de cáncer de mama y cáncer de cuello uterino.
Con estas medidas, cada persona y cada institución deben cumplir su parte porque, como reza nuestro eslogan, “Si tú estás bien, todo está mejor”.
Teresa Ramos Arreola
Directora General del Centro Nacional de Equidad de Género, Salud Sexual y Reproductiva
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