Opinión

Reloaded: los demonios detrás de la fundación Antonio Haghenbeck y de la lama, IAP

La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma.

Julio Cortazar

Refugio Franciscano: versiones encontradas y la incertidumbre por el futuro de más de mil animales

Me apena sobremanera cerrar mis colaboraciones del presente año, que además marca un cuarto de siglo, con un tema tan doloroso como injusto y hasta de híper dudosa manufactura. Ni modo. Es asunto, sí, del que estoy al tanto hace décadas y sobre el que más cercanamente escribí los días 7 y 14 de abril del 2022, cuando se dio el anterior intento de desalojo contra del Refugio Franciscano (RF). En el primer texto, que por cierto circula equivocadamente bajo la firma de mi estimado compañero Mario Camarillo, relato la suciedad de los procedimientos que ha llevado a cabo la Fundación Antonio Haghenbeck (FAH) en complicidad judicial (al tratarse curiosamente del mismo Juzgado que, ya se sabe, conoce muy bien el caminito cuando de pleitos con ricos se trata) y ahora hasta fiscal, para vender unos terrenos de enorme valía en US dólares. En el segundo, escribí sobre el corrompido testamento de Don Antonio Haghenbeck y de la Lama sobre el que, perdón, se zurraron autoridades, fedatarios, gobierno local y desde luego los encargados de la fundación que el citado estableció concretamente para el mejor aprovechamiento de sus bienes, dejando como su última voluntad… ¡ojo!… que precisamente los terrenos de la carretera libre a Toluca, dentro de territorio cuajimalpense/santafesino y que mal que bien históricamente han sido hogar de miles de animalitos abandonados y/o maltratados, per-ma-ne-cie-ran para uso exclusivo de la protección animal y por lo tanto sin poderse vender, enajenar o hipotecar para otro objeto. Punto. Quien no cumpliera con tal disposición sería destituido. Siendo así, agradeceré entonces que alguien me explique cómo es que un testamento de alguien ya muerto puede ser alterado o interpretarse a modo, si no es con la complicidad de las autoridades correspondientes que… seguramente tras respectiva mochada y/o algún beneficio… dictaminaron a capricho. Y es que en lo personal me resulta imposible creer que ese predio en el que apenas ocupaba un cachito el RF (con sus actuales más de mil perritos y tres decenas de gatos) y que abarca poco más de 163 mil metros cuadrados en zona hoy altamente demandada para construir desarrollos habitacionales de alta plusvalía, haya podido ser comercializado por tristes 650 mil pesos… ¡de haberlo sabido!... mediando en ello una aparente doble venta muy extraña, lo menos, y que trasluce un fraude fiscal descarado a la CdMx o pésima administración por parte de la FAH. Como prueba de lo anterior, consulté la disponibilidad para ocupar un terreno de 13 mil 500 metros cuadrados a metros del RF, cuya renta mensual… ojo… no venta, es de 550 mil pesos. Saquen cuentas queridos lectores. Muy preocupante me resulta también que tal operación se haya realizado en los tiempos en que la PresidentA Sheinbaum ocupaba el cargo de jefa de Gobierno. Tampoco se puede negar que LA FECHA para el desalojo haya sido perversamente planificada, y todavía menos se entiende que los perros y gatos a cargo del RF hayan sido tratados como cosas, traspasando su custodia cuando se tiene acreditada su tutoría. Tampoco fueron tomados en cuenta los trabajadores asalariados que vivieron por ahí por décadas y que de un día para otro se quedaron sin casa y sin sus cariños. Eso sí, era de esperarse que para proteger su reputación (y va mi resto que con complicidad absoluta del gobierno capitalino en sus áreas competentes) la FAH y concretamente su presidenta o directora o lo que sea, se haya pulido en sacar las peores imágenes de un lugar pobre y olvidado y de los perros más amolados, en conocimiento pleno de que apenas había recursos para alimentar a esa cantidad de criaturas, incluso hasta teniendo que rellenar sus pancitas con pan. Lo anterior, buscando provocar indignación social cuando se sabe perfectamente que les importan un bledo los animales. De otra forma hace años que hubieran remozado el sitio a cargo de la herencia de Don Antonio, que era lo obligado. Se trató, pues, de un procedimiento muy bajo, pero que se entiende de quienes provino. Por grabación que me fue compartida, se sabe que “esto” (el desalojo con todo y animales) ya lo tenían planeado de meses atrás al estar “sufriendo por esas criaturas de toda la vida”, peeeeero, casualmente ocupándose de ellas hasta que tuvieron la extrema necesidad de entregar su hogar por entero, claro, a cambio de buena billetiza. De los opinadores-provocadores-perturbadores e histéricos en redes, no tengo nada que decir. El tiempo los relegará. Por lo pronto…

Tengan los lectores, lectoras, jefes y compañeros de La crónica de Hoy que siempre reciben y gestionan tan amablemente esta colaboración, muy felices fiestas. A Eduardo Lamazon y a toda su Red Mundial Animalera, mi profundo agradecimiento por su distribución, lectura y comentarios a este espacio, donde espero reencontrarnos el próximo 8 de enero.

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