Abstencionismo Juvenil
Que tarea tan titánica será convencer a los primovotantes y jóvenes en el 2024 que la credencial de elector no solamente sirve para entrar al antro de moda y comprar cervezas en el Oxxo, sino que también es una herramienta y un derecho fundamental que cambia la ruta democrática de nuestro país.
Una joven muestra que asistió a votar
Es un hecho que serán los jóvenes quienes podrán mover la elección del próximo año. En el 2024 habrá 20 mil 375 cargos de elección popular a elegir; 629 cargos federales (1 presidente de la República, 500 diputados y 128 senadores) y 19 mil 746 cargos locales (9 gubernaturas, diputaciones locales, alcaldías/municipios, sindicaturas, regidurías y cargos auxiliares). Para elegir a todos esos servidores públicos los ciudadanos tenemos que salir a las urnas a votar.
El 2 de junio, estamos convocados 97 millones 658 mil 418 mexicanos a sufragar y la gran mayoría son personas de 18 a 29 años de edad. Casi 4 millones de ciudadanos estarían votando por primera vez en 2024, pero son el sector de la población que menos sale a las urnas. Son esos jóvenes que apenas empiezan a involucrarse en la vida pública del país y que prefieren salir de vacaciones con los amigos que votar, porque piensan que su voto no hará una gran diferencia. Situación similar se vive con los jovenes de 20-24 años, que en esta ocasión son 11 millones 278 mil 206 los que tendrían la posibilidad de votar de acuerdo con la lista nominal del INE. Si a esos números le agregamos a quienes tienen de 25 a 29 años, estamos hablando de otros 11 millones 082 mil 523 ciudadanos. El sector juvenil en 2024 de 18 a 29 años suma poco más de 26 millones votos.
¿Realmente están haciendo algo las candidatas presidenciales para llegarle a este sector? La respuesta sencilla sería: sí. Sin embargo, no lo suficiente para conquistar a un sector de la población que podría ser clave para triunfar.
Xóchitl Gálvez, precandidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, les habla mucho a los jóvenes, conoce perfectamente bien su idioma y cómo piensan. Desde la primera vez que la conocí en el 2008, como estudiante universitario, captaba nuestro interés por su forma de hablar y expresarse. Además, le ayuda muchísimo que sus hijos, quienes inclusive forman parte de su campaña, sean de este sector de la población. El implementar una vocería especial con Inteligencia Artificial “que pronuncia bien la letra R”, puede ayudarle a simpatizar con los jovenes, pero no que salgan a votar.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, tiene un perfil mucho más serio, que se ha ablandecido bastante desde que tiene el bastón de mando. En corto, la Dra. Sheinbaum es muy simpática y divertida, cualidades que poco a poco empieza a mostrar en sus “lives” y en su podcast (que por cierto, me parece un gran acierto.) También, la ex Jefa de Gobierno presentó la “Coordinación de Jóvenes por la Transformación” asegurando que “la transformación es de jóvenes o no es transformación”.
Todos son aciertos por parte de las precandidatas y sin duda generarán una opinión a favor o en contra, pero esto no es suficiente para motivar a los jóvenes a salir a votar. En todos mis espacios informativos siempre estaré promoviendo el voto y la participación ciudadana. Es sumamente importante que las personas que nacieron con un smartphone entiendan la importancia de participar en la vida pública del país para construir generaciones que dejen de quejarse y aporten soluciones. Trabajemos juntos para evitar el abstencionismo juvenil.
Por cierto:
BOMBA. Morena está en una encrucijada para definir a su candidato a la alcaldía de Mérida. Algunos integrantes del PT y Morena proponen a Mauricio Sahui, excandidato del PRI a la gubernatura de Yucatán, ya que aseguran que el triunfo está garantizado en la Alcaldía y tal vez la gubernatura por su forma de operar. En tanto, otro grupo insiste en poner a Rommel Pacheco ya que dicen su reconocimiento mediático a nivel nacional le podría ayudar a aumentar la votación estatal.
Vivo la noticia, para contarle la historia
@juanmapregunta