Tu alma o espíritu
Es esencial hacer entender a las personas que son poseedoras de un espíritu individual que es quien inspira sus pensamientos ya sean de bien o de mal. Por ello hay que alimentarlo de manera constante y correctamente para que su resultado sea positivo. Es el espíritu quién conduce la mente y el cuerpo de los seres humanos.
Espiritualidad
Dicho espíritu viene de muy atrás y va hacia muy adelante, porque es inmortal, a diferencia del cuerpo que es el que fenece.
El espíritu y el cuerpo no son dos entidades disociables sino unidas. El cuerpo es exterior y es finito, el espíritu es interior y es eterno. No puedes verlo, solo sentirlo porque habita dentro de ti. La mente se asienta en el cuerpo físico y te ayuda a entender el mundo, pero tu espíritu o yo interno es mucho más sabio pues proviene del origen de la creación.
Trata de conocer tu propio espíritu, de vivir la vida acorde con él, pues si lo olvidas puedes perder sus mejores mensajes. En cambio si lo descubres, obtendrás un aliado para siempre, pues él desea apoyarte y guiarte en tu vida actual. Él llenará tus días de felicidad y nunca sentirás soledad o vacío. Entonces podrás vivir la vida con serenidad pues contarás con un guerrero invisible pero formidable que estará luchando y ganando las batallas de la vida por ti. De tal manera que no podrás fallar en nada. Pero si no le haces caso, pasará desapercibido para ti y, entonces tendrás que luchar tus batallas en aislamiento, en confusión, en rebeldía, sin distinguir quiénes son tus verdaderos amigos y mucho menos tus enemigos.
Este guerrero interno siempre luchará por nosotros pues contiene sabiduría, es ilustrado e iluminado. Tú guerrero es tú yo interno, eres tú mismo. Y si le prestamos atención continuamente, él toma el control de nuestra vida, y así podemos dar pasos hacia adelante, antes no. Es paradójico; algunas veces alcanzamos a percibir primero el alma de alguien más, que la propia.
La recomendación es, que cuando te sientas abrumado de problemas, déjale la solución de los mismos a tu espíritu, porque él es más sabio y por lo tanto los podrá solucionar de la forma más positiva.
Cualquier persona puede diferenciar el bien del mal, pero si descubrimos nuestro espíritu éste nos brindará más ayuda y orientación de la que nos imaginamos, porque conocer nuestra alma ayuda a descorrer el velo de la belleza que ahí anida, así como la propia obscuridad que contenemos y a la cual no hay que temer, pues puede y debe ser detenida con nuestra propia voluntad. La meta debe ser: refrenar nuestros errores y acrecentar nuestras virtudes.
Cuando el espíritu ya está fortalecido se vuelve invencible e inflexible. Nada le desvía del sendero en ascenso que ha tomado. Solo busca el bien, la rectitud y lo verdadero. Si logras descubrir tu propia alma, aunque sea un instante, será como contemplar tu propia eternidad.
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