Opinión

Si no lo haces aún, ¿qué esperas?

Hacer ejercicio por múltiples razones es benéfico para la salud. De hecho, casi no puedo pensar en ningún efecto deletéreo de hacer ejercicio, fuera del riesgo que algunos tipos de ejercicios tienen de causar ciertas lesiones en particular. Por ejemplo, casos no graves como el codo del tenista o casos graves como caerse de la bicicleta a 30 Km por hora. Pero lo cierto es que, las personas sedentarias, que no hacen nada de ejercicio, en general no es porque tengan miedo de que les pase algo. Solo les falta decidirse a hacerlo y espero que este editorial los ayude.

Ciclistas en Reserva Ecológica Los Dinamos

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Cuartoscuro / Rogelio Morales

La semana pasada se publicó un artículo muy interesante en el British Journal of Sports Medicine (DOI: 10.1136/bjsports-2022-105669) con los resultados de un estudio que traigo a este espacio con la esperanza de convencer a quien aún no hace nada de ejercicio, de considerarlo seriamente. Se trata de un metaanálisis, que más o menos quiere decir, extraer la información de muchos artículos científicos que tengan preguntas, metodologías y objetivos similares, para incrementar el tamaño de la muestra y poder ver resultados que de otra forma serían imposibles. En esta ocasión, los autores se dieron a la tarea de hacer el metaanálisis con estudios que hayan reportado los efectos de la actividad física no ocupacional en adultos, sobre la mortalidad cardiovascular o por cáncer. Es decir, la actividad física que se hace intencionadamente como ejercicio, no de la asociada con la vida diaria. De 48,525 artículos potenciales, seleccionaron 1,280 para revisión y se quedaron con 196 que cumplían con los requisitos que buscaban. Estos 196 artículos corresponden a 94 cohortes diferentes que incluyen a más de 30 millones de personas.

Básicamente, se analizó la cantidad de ejercicio realizada con la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en conjunto, o individuales como enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca o infarto cerebral, así como, cáncer en general o diversos cánceres individuales. El ejercicio lo reportan en una medida conocida como metabolic equivalent of task (equivalente metabólico de la tarea realizada) MET por horas/semana. Es decir, el gasto energético al que equivale cada ejercicio. Esto se tiene ya claramente calculado dependiendo del tiempo y el deporte realizado. En línea se pueden encontrar diversas páginas para el cálculo de MET en minutos u horas por semana, de acuerdo con el tipo y tiempo de ejercicio (v.gr. https://www.omnicalculator.com/sports/met-minutes-per-week).

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El resultado del estudio es claro y contundente. Hacer ejercicio que equivalga a 8.5 MET-horas/semana reduce el riesgo de mortalidad por todas las causas cardiovasculares y cáncer de 31 %, con intervalos de confianza que van del 27 al 35 %. Para la mortalidad solo cardiovascular, la reducción del riesgo de mortalidad fue de 29 %, mientras que para el cáncer fue del 15 %. Es interesante que el efecto fue mayor para ciertos tipos de cáncer que para otros. El efecto en la reducción fue curvilíneo. Es decir, la mortalidad mayor se fijó en quienes tienen 0 MET-hora/semana y de ahí, la reducción en la mortalidad fue casi lineal hasta llegar alrededor de 12 MET-hora/semana y luego, el efecto benéfico sigue ocurriendo, pero la adición de este ya es menor. Esto quiere decir que el efecto benéfico se obtiene con ejercicio que no es tan intenso. 8.75 MET-hora semana esquívale más o menos a caminar 2.5 horas por semana o correr 1 hora a la semana o nadar 1.2 horas o a la actividad sexual de 1.5 horas por semana.

La verdad es que, entrar al grupo de reducción del riesgo de mortalidad cardiovascular en 30 % y de cáncer en 15 %, solo por lograr 8.75 MET-hora/semana mediante actividad física, me parece que es un buen negocio.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM