Opinión

Cuando la evidencia es universalmente aceptada

Existen varias situaciones fisiológicas que en otro momento fueron motivo de especulación y controversia, pero que, con el tiempo, lograron permear en la mente de todos los seres humanos y ya nadie niega el fenómeno, a pesar de que tengan riesgos mayores que aquellos por lo que hoy en día algunos grupos se niegan a aceptar ciertas terapias, por ejemplo, las vacunas. Pongamos varios ejemplos.

La fertilización y generación de un nuevo individuo. Hace muchos años existió la teoría, generada por Aristóteles de que el esperma se mezclaba con la sangre menstrual para crear un nuevo individuo y el argumento a favor era que, por esta razón, en el embarazo se detiene la menstruación. Otra teoría decía que lo que sucedía es que los nuevos individuos ya existían en forma microscópica en el semen y que el papel de la mujer era solo incubar a ese individuo para que creciera hasta el punto de nacer. La evidencia de que el espermatozoide y el óvulo se combinan para formar un nuevo individuo tuvo que esperar hasta que se desarrollaron microscopios con el suficiente poder como para observar el fenómeno. Es interesante que, a pesar de que la inmensa mayoría de la humanidad jamás ha visto el fenómeno en un microscopio, como diría mi abuelita, “con sus propios ojos”, hoy en día todos lo aceptan como real. No sé de ninguna secta que lo niegue y promueva otra teoría diferente para la fecundación.

La circulación de la sangre. Antes de que William Harvey publicara su libro “De motu cordis et sanguinis in animalibus” las teorías que prevalecían eran que por las arterias iba el aire de los pulmones hacia los tejidos o bien, que, en efecto, el corazón expulsaba sangre, pero que esta se quedaba en los tejidos. No se tenía el concepto de que la circulación arterial y la venosa están conectadas por los capilares, porque no se tenía el instrumento apropiado para verlos. De nueva cuenta, a pesar de que la mayor parte de la humanidad nunca ha visto un capilar, no conozco ningún grupo que defienda la inexistencia de los capilares y que siga creyendo que la circulación arterial no está conectada con la venosa.

Una pequeña gota de sangre para hacer el antígeno prostático, puede salvar la vida, con una detección oportuna y evitar que mueran por cáncer de próstata

Prueba de sangre 

Los microorganismos como causantes de enfermedad. Centenas de enfermedades permanecieron sin causa aparente por años y fueron atribuidas a deidades y no a los responsables, que son organismos microscópicos, que, de nueva cuenta, no han sido vistos por la mayoría de los humanos. Sin embargo, tampoco conozco un grupo de personas que niegue que la tuberculosis o la sífilis sea ocasionada por un microorganismo. En esta parte lo que falta todavía es que la población entienda la diferencia entre virus, bacterias y hongos.

Aunque fue emitida por Darwin hace 170 años, todavía tenemos en transición a la teoría de la selección natural de las especies, ya que aún hay quienes no la aceptan (¿o no la entienden?). En este caso la evidencia necesaria para mostrarla tuvo que venir del mundo submicroscópico, con el descubrimiento de la estructura del DNA, la cual hace muy sencillo, para quien quiera verlo, como funciona este proceso. La reciente aparición del virus SARS-CoV-2 y la diversidad de mutaciones que lo han hecho capaz de seguir infectando humanos a través de la selección natural, es una evidencia que ha ocurrido ante la observación de todos en tiempo real. Tengo la confianza de que una de las consecuencias positivas de la pandemia es que permitió ver en acción a la selección natural y con esto podamos avanzar hacia una sociedad más racional y menos ignorante.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM