Opinión

La colección Vindictas de la Dirección de Publicaciones de la UNAM

Qué institución sino la UNAM, a través de su Dirección General de Publicaciones, a cargo de la escritora, Socorro Venegas, hubiera sacado del olvido a narradoras estupendas que han escrito en lengua española y que, por alguna razón, fueron olvidadas por el canon de la literatura mexicana, o la argentina o cubana en el paso del siglo XX a la segunda década del siglo XX? Venegas es, además de conocida cuentista y novelista, una hábil editora desde que trabajó en el Fondo de Cultura Económica.

Colección Vindictas

Colección Vindictas

La China Mendoza, Tununa Mercado, Dulce María Loynaz, María Luisa Elío y muchas más vuelven a los lectores en hermosas ediciones, que prologan jóvenes escritoras. “Vindictas” se llama la nutrida colección, es decir, las que se vengan, en este caso, del silencio. Viva, pues, el 8 de marzo, día de las mujeres luchonas y protagonistas de la historia. Hoy tecleo sobre las “vindictas” de la literatura contemporánea.

Escojo al azar los libros. Por ejemplo De ausencia de María Luisa, la China Mendoza, que introduce Jasmina Barrera, joven escritora cuyos libros Cuerpo Extraño, Cuadernos de Faros, Línea negra y Punto de cruz han sido traducidos al inglés, al neerlandés, al italiano y al catalán. A sus 35 años es cofundadora de la editorial Antílope. Habrá que leer a Jasmina de inmediato, dialogar con ella, si se deja, en mi clase de literatura mexicana de la Facultad de Filosofía y Letras. Dice Jasmina que buscó por todas partes los libros de la China y que no encontró nada. Mi explicación a ese vacío, después de que María Luisa Mendoza escribió varios libros: novelas, ensayos, biografías etcétera y de haber tenido un programa de entrevistas en la televisión es que no se le perdonó haberse acercado, como otros intelectuales, a Luis Echeverría, el presidente mexicano de 1970-1976. Muchos, incluso Carlos Fuentes, creyeron en el izquierdismo de Echeverría, que, en realidad, era sagaz y culto, pero no un izquierdista. Varios escritores viajaron con él a Sudamérica. El historiador Enrique Krauze, en coincidencia con Gabriel Zaid, escribió que la mejor relación entre los intelectuales y el poder era la distancia y al avión que viajó al Sur de América con escritores mexicanos lo llamó “el avión de redilas”. El caso es que el statu quo de la cultura en México perdonó a todos menos a la China Mendoza, la del juego palabrero, hija del barroco. Por si fuera poco, la China militó en el PRI, pero su gran amor siguió siendo la literatura. Ausencia Bautista, la protagonista De Ausencia es un personaje sexualizado. Y eso, aunque fuese transmutado en un baile de vocablos, no era todavía bien visto en una escritora mexicana.

Tiempo de llorar y otros relatos de María Luisa Elío, que escribió el guión de la película El balcón vacío, donde también actuó, se publicó en 1988. María Luisa, exiliada española en nuestro país, fue esposa de Jomí García Ascot, a quien Gabriel García Márquez dedicó Cien años de soledad y también a ella. Con el tiempo, María Luisa Elío será el nombre que pertenezca a la literatura del exilio en México. Este libro, el de María Luisa, salvado del olvido por la colección Vindictas, lo prologó una joven escritora y periodista española, Aroa Moreno Rurán, premio Ojo Crítico de Narrativa a la mejor novela del año y traducida a nueve idiomas.

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La pregunta de Aroa a Tiempo de llorar y otros relatos es muy pertinente en el caso de una escritora exiliada: ¿cómo se regresa al tiempo de las tinieblas? Escribe Aroa Moreno Rurán que este libro se escribe después de treinta años de exilio y en un regreso de Elío a España en compañía de su hijo. Es el año 1970 y Francisco Franco continúa siendo dictador. Para María Luisa es el viaje de la nostalgia. Moreno Durán califica al libro como una escritura de la contemporaneidad.

Mi amiga Argentina Rodríguez, que es cubana de origen y profesora de letras inglesas en nuestra Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, me había dado a leer los poemas de Dulce María Loynaz (1902-1997). No conocía su narrativa hasta que Vindictas publicó Jardín, que es una novela de 1935. Antes de todo lo que sucedió después, de Fulgencio Bautista, dictador de Cuba de l952 a 1959, año en que Batista sería derrocado por la Revolución Cubana, y que, a su vez, bajo el dizque concierto de la revolución, se ha convertido en una dilatada dictadura, Dulce María escribió esta novela sobre Bárbara, “historia incoherente y monótona de una mujer y su jardín”. Se publicó en 1951 en España y recibió enormes elogios en nuestra lengua. La española Ediciones Aguilar la llamó el acontecimiento literario más grande de los últimos cincuenta años en ese momento.

Otro libro de Vindictas es En estado de memoria de Tununa Mercado, escritora y periodista argentina, que vivió varios años en México durante el exilio argentino de los años setenta, junto con su marido, el escritor Noé Jitrik El texto ha recibido varios premios y quien lo prologa en la colección Vindictas es la mexicana Nora de la Cruz, que aún no llega a los 40 años de edad y ha publicado libros de creación como Te amaba y me chingaste de 2018 y los cuentos Orillas del mismo año. De Tununa escribe lo siguiente: “… un profesor nos habló de “Ver”, relato inusitado en el que el deseo femenino va impregnado –la realidad, la calle, los muros, la ventana, el teléfono—hasta que la imaginación se enciende y lo incendia todo. El descubrimiento fue deslumbrante, tanto que pasé los siguientes años buscando leer más. Fue imposible; sus libros no aparecían en librerías ni en bibliotecas”. Lo deshabitado, lo que hace desaparecer los límites del mundo lo colma la escritura de Tununa Mercado, argenmex, originaria de Argentina pero habitante de México y devota de la escritura.

Muchos libros más conforman la colección única de Vindictas. Acérquense a las grandes escritoras que, hasta ahora, porque faltan más, nos invita a leer la gran colección creada por la escritora Socorro Venegas. Se trata de grandes escritoras olvidadas.